Primero vamos a la siguiente historia:
Un poco antes de que la humanidad existiera,
—Surgió una pregunta, ¿dónde colocar
la plenitud de la vida ?
— colocarla en la cima del monte más alto del mundo.
—No, el hombre tienen fuerza; alguno podría
subir y encontrarla, y si la encuentra uno,
ya todos sabrán dónde está
—esconderla en el fondo del mar.
—No, alguno podría construir un aparato para bajar, y entonces la encontrarán.
—Esconderla en un planeta bien lejano de la Tierra —
—No, el hombre tiene inteligencia, y un día
alguno va a construir una nave para viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces
todos tendrán la plenitud de vida.
—La esconderemos dentro de ellos mismos;
estarán tan ocupados buscándola afuera que
nunca la encontrarán.
desde entonces ha sido así: el hombre se
pasa la vida buscandola plenitud de la vida
sin saber que la lleva consigo.
Esta historia nos sirve para ilustrar la presencia
de Dios que está en el interior de cada
uno de los escogidos.
Vamos al libro de Juan 7:37-39
37 En el último y gran día de la fiesta,
Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
38 El que cree en mí, como dice la Escritura,
de su interior correrán ríos de agua viva.
39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir
los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no
había sido aún glorificado.
Y también en Colosenses 1:26-27
26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,
27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
La plenitud de vida se disfruta al conocer de la presencia de Dios en nuestro interior.
Una vida que solo su presencia puede generar, vamos a Gálatas 5:22-23
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no hay ley.
Oramos para que sea claro en nuestro
entendimiento que significa el privilegio de
conocer la palabra de Dios.
Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para tu vida en Efesios 3:20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros.