La salvación eterna para nuestro espíritu es el regalo más grande que Dios nos ha dado, es necesario orar para que Dios alumbre nuestro entendimiento y revele su palabra, para comprender que esta salvación no es algo que podamos ganar por nuestros propios méritos, sino que es un regalo dado por Dios, como lo dice en:
Efesios 2:8-9
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
la salvación es un don de Dios, recibido por gracia por medio de la fe.
No podemos hacer nada; no es resultado de nuestras obras o esfuerzos.
Este entendimiento nos libera de la carga de intentar ganar el favor de Dios por nuestros propios méritos.
Jesucristo nos justificó como dice en:
Romanos 3:23-24
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.
El versículo dice que somos justificados gratuitamente por su gracia a través de la redención que encontramos en Cristo.
La palabra también dice en:
2 Corintios 5:21
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Jesús, que no conoció pecado, se hizo pecado por nosotros para que pudiéramos ser hechos justicia de Dios.
Cristo tomó nuestro lugar, soportando el castigo que merecíamos, y nos dio su justicia a cambio.
Esta salvación eterna no se puede perder, la palabra dice que fuimos escogidos desde antes de la fundación del mundo y nuestra ciudadanía es celestial.
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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor