En 2 Corintios 9:6 dice:
El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
Este versículo nos habla de la Siembra y la Cosecha.
El concepto de la siembra y la cosecha es simple:
lo que sembramos, eso cosechamos.
Este principio es válido tanto en el ámbito natural como en el espiritual.
- En el ámbito natural:
– Un agricultor entiende que la cantidad y la calidad de la semilla que siembra afectará directamente la cantidad y la calidad de la cosecha.
Si siembra pocas semillas, la cosecha será limitada. Si siembra en abundancia, la cosecha será abundante.
– Esto nos enseña que nuestras acciones tienen consecuencias. Las decisiones que tomamos hoy determinarán los resultados que veremos mañana.
- En el ámbito espiritual:
– Pablo utiliza esta analogía para enseñarnos sobre la generosidad y el dar para a la obra del Señor
La manera en que sembramos no solo debe ser generosa, sino también con la actitud correcta.
Dar generosamente es un acto de fe, confiando en que Dios proveerá y multiplicará lo que hemos sembrado.
La palabra continúa en 2 Corintios 9:7 diciendo: Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
Nuestra generosidad debe ser una expresión de nuestro amor y gratitud a Dios.
Dios da promesas para aquellos que siembran generosamente.
Dios no solo suple nuestras necesidades, sino que también nos da en abundancia para que podamos ser una bendición para otros.
Al dar para el reino de Dios, estamos siendo colaboradores para que la palabra corra.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”