LA VARA Y LA CORRECCIÓN DAN SABIDURÍA

La corrección y la disciplina son herramientas esenciales para el crecimiento y la madurez espiritual, vamos a:

Proverbios 29:15
La vara y la corrección dan sabiduría, pero el niño consentido avergüenza a su madre.

Este proverbio nos muestra sobre el valor de la disciplina en nuestras vidas, tanto en el contexto de la crianza como en nuestra relación con Dios.

La corrección es necesaria, como seres humanos, tendemos a errar y desviar nuestro camino, como dice en:

Proverbios 22:15

la necedad está ligada al corazón del niño; más la vara de la corrección la alejará de él

 

El propósito de la disciplina no es solo castigar, sino formar, educar.

Regresando a Proverbios 29:15 enfatiza en la corrección, esta debe ser con amor y con el objetivo de construir, nos lleva a la sabiduría. La sabiduría es el conocimiento aplicado que nos permite vivir de acuerdo con los principios de Dios.

La corrección nos muestra lo correcto de lo incorrecto, nos da comprensión sobre cómo nuestras decisiones afectan nuestras vidas y las vidas de los demás.

Como adultos, la corrección también es esencial en nuestro caminar con Dios.

Dios, como nuestro Padre celestial, también nos corrige cuando nos apartamos de su voluntad, vamos a

 Hebreos 12:5-6 dice:

Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,

Ni desmayes cuando eres reprendido por él;

Porque el Señor al que ama, disciplina,

Y azota a todo el que recibe por hijo.

Oramos para comprender que la corrección, tanto de parte de los padres como de Dios, es una expresión de    amor, esto también lo dice en:

Proverbios 3:12

Porque el Señor al que ama corrige, como el padre al hijo a quien quiere.

La corrección no es un acto de ira o venganza, sino un acto de amor y su propósito es el crecimiento del ser corregido.

Cuando Dios nos disciplina, lo hace con el objetivo de formar en nosotros su carácter.

La corrección no debe verse solo como un castigo, sino como una oportunidad para la restauración. Al ser corregidos cambiamos nuestro comportamiento, para volver al camino.

 La sabiduría no es algo que adquirimos de una vez por todas, sino que es el resultado de un proceso continuo de corrección y crecimiento.

La corrección de la palabra de Dios tiene como propósito nuestra perfección y preparación para las buenas obras que Él ha preparado para nosotros.

La vara y la corrección dan sabiduría, porque nos enseñan a vivir de acuerdo con la palabra de Dios, nos protegen de las consecuencias de los deseos engañosos y nos acercan a la madurez espiritual.

 La corrección, aunque a veces difícil de aceptar, es un acto de amor tanto de parte de nuestros padres terrenales, como de nuestro Padre celestial.

No debemos rechazar la corrección, sino aceptarla como una oportunidad para crecer en sabiduría.

 Oramos para que Dios nos revele que Su corrección es un signo de Su amor y cuidado hacia nosotros.

Para finalizar debemos tener presente:

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

 

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