Vamos a San Juan 8:32:
Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Estas palabras nos invitan a orar para que Dios revele la verdad a cada persona que Dios ha llamado a la congregación, de esta forma experimentamos la libertad para vivir sin temores, porque la palabra de Dios dice el amor echa fuera el temor
En un mundo lleno de información y opiniones diversas, a menudo nos encontramos inmersos en un mar de perspectivas contradictorias.
Jesucristo nos llamó a conocer la verdad, la cual va a lo más profundo de nuestras almas, alumbrando el entendimiento para poder llegar a vivir libres.
La mentira, es decir las obras de la carne, las cuales pueden generar un autoengaño, pueden convertirse en pesadas cargas que nos atan, pero la verdad, que es la palabra de Dios nos libera, permitiéndonos vivir con propósito.
Jesús no solo nos ofrece la verdad, sino que Él mismo es la verdad. Al conocer a Cristo, experimentamos una libertad radical que va más allá de las limitaciones del mundo material. La verdad de Cristo nos permite conocer que nos hizo libres del pecado, del miedo y de la ansiedad.
En Él encontramos una libertad que trasciende las circunstancias externas y se arraiga en la certeza divina.
La verdad no solo nos libera, sino que también nos llama a vivir de acuerdo con ella.
Juan 8:32 nos recuerda que la verdad no es simplemente un conocimiento intelectual, ni teórico, sino una fuerza poderosa que transforma nuestras vidas.
Jesucristo nos llamó para revelarse a nuestras vidas, para que experimentemos la libertad que va más allá de las circunstancias.
Oramos para que Dios revele su palabra y nos afirme en ella, para vivir libres y poder disfrutar cada día ,de gozo y paz .
Para finalizar, debemos tener presente lo que dice en
1 Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”