LAS METAS

Oramos para tener metas claras en cada área
de la vida, es decir en la economía, la familia, el trabajo y los negocios pero también debemos incluir
la meta en nuestra área espiritual.

Esto lo debemos hacer porque Jesús dijo
“De Que le sirve al hombre ganar el mundo
si pierde su alma”, es decir, lograr las metas
naturales perdiendo de vista
la relación personal con Dios.

Oramos para poder avanzar en todas las metas incluyendo el conocimiento de Dios.

Antes de continuar vamos a  la siguiente historia:
“Una vez, a un reloj, colgado de una pared, se le ocurrió pensar en los segundos que tenía que
recorrer para hacer un minuto;  en las semanas
para un mes y en los meses para un año. 
-Pobre de mí! -exclamó-, un total de más de treinta millones de segundos para hacer un año-.
Aquello le parecía una montaña demasiado
elevada para escalarla. 
Pero entonces escuchó la voz del péndulo que
le dijo con acento firme y decidido: -Tic, tac, tic, tac. 

Tú estás muy equivocado. 

Jamás llegaremos a ninguna parte, a menos que demos un paso ahora y otro después. 

El reloj entró en razón y continuó, despreocupado, marcando segundos,
minutos y horas y así acumulando días,
semanas, meses y al fin, el año.

Al terminar, en el silencio de la noche
volvió a escuchar la voz del péndulo que le dijo:
-Paso a paso, con paciencia y perseverancia se puede ascender la más elevada montaña-“

Así es en la vida, paso a paso con paciencia y perseverancia logramos nuestras metas.

Para lograr disfrutar de las promesas de Dios es necesaria la fe y la paciencia como dice en

Hebreos 6:12
A fin de que no os hagáis perezosos,
sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

Debemos avanzar haciendo lo que nos corresponde, pero sin perder de vista el poder de Dios que obra a nuestro favor para ver y disfrutar los milagros de Dios, lo imposible sucede para su gloria.

Para finalizar recordemos lo que dice en
1 Juan 5:14-15
Y esta es la confianza que tenemos en él,
que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.

Y si sabemos que él nos oye en cualquiera
cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho

 

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