Para ilustrar el tema, veamos la siguiente historia:
Un amigo vino a mi casa a tomar café,
nos sentamos y hablamos.
A un cierto punto de la conversación, le dije:
“voy a lavar los platos y vuelvo enseguida”.
Él me miró como si le hubiera dicho que iba a
construir un cohete espacial. Entonces, me dijo con admiración, pero un poco perplejo:
“me alegra que ayude a su mujer, yo no ayudo porque cuando lo hago mi mujer no me alaba.
La semana pasada lavé el piso y ni un gracias.”
Volví a sentarme con él y le expliqué que
yo no “ayudo” a mi esposa.
En realidad, mi mujer no necesita ayuda,
ella necesita Amor.
Yo no ayudo a mi esposa a limpiar la casa
porque yo también vivo aquí y
es necesario que yo también limpie.
Yo no ayudo a mi mujer a lavar los platos después de comer porque yo también uso esos platos.
Yo no ayudo a mi esposa con sus hijos porque también son mis hijos y mi deber es ser padre.
Yo no ayudo a mi mujer a lavar, extender o doblar la ropa, porque la ropa también es mía y de mis hijos.
Y con respecto a elogiar, le pregunté a mi amigo cuando fue la última vez que, después de que su mujer termine de hacer alguna tarea doméstica, le dijo gracias.
Pero un gracias del tipo: ¡¡¡Wow, cariño!!! Eres fantástica!!!
¿Eso te parece absurdo?
¿Te está pareciendo extraño? Cuando usted, una vez en la vida, limpió el piso, esperaba en lo mínimo un premio de excelencia con mucha gloria… ¿por qué? ¿Nunca pensaste en eso amigo?
Elógiela como usted quería ser elogiado, de la misma forma, con la misma intensidad.
Compórtate como un verdadero esposo, no como un huésped que solo viene para comer, dormir, bañarse y satisfacer las necesidades .. Siéntete como en tu hogar.
“El cambio real de nuestra sociedad empieza en nuestros hogares, enseñémosle a nuestros hijos el real sentido del Amor”
La palabra nos exhorta para llegar a un mismo
sentir y ser compasivos,
esto lo dice en 1 Pedro 3:8
Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;
Oramos para que Dios de sabiduría al esposo y la esposa para enfrentar las diferentes situaciones conforme a la palabra.
Oramos para que el amor de Dios guíe a las familias, para avanzar en victoria.
Así que, tengamos presente lo que dice en
1 Corintios 13:13
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.