En Proverbios 24:30-34, el rey Salomón nos presenta una escena que contiene lecciones para vivir conforme a la voluntad de Dios.
En estos versículos, se nos habla sobre la negligencia, la pereza y las consecuencias de la falta de diligencia.
El versículo 30 comienza diciendo:
“Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento”.
Aquí se nos presenta una imagen clara: un campo descuidado, una viña que no ha sido atendida, una tierra que se está perdiendo, la razón : su dueño no la cuida.
Este hombre es perezoso, falto de entendimiento, alguien que no sabe el valor del trabajo y la disciplina.
Pero este campo puede ser el símbolo de nuestras vidas.
Al no prestar la debida atención a las áreas que requieren cuidado, no trabajamos diligentemente en lo que nos ha sido confiado.
Así, poco a poco, dejamos que el desorden y la negligencia se apoderen de nosotros.
El versículo continúa describiendo el campo:
“Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida”.
Este es el resultado de la pereza y la negligencia.
Los espinos y las ortigas, que son plantas indeseables, han crecido por toda la viña.
La cerca de piedra, que alguna vez protegió el campo, está destruida.
Por falta de acción y de cuidado se está perdiendo lo que se tiene.
De manera similar, en nuestras vidas , cuando no tomamos tiempo para cuidar nuestra relación con Dios, dejamos que las “ortigas” y los “espinos” crezcan, por ejemplo:
la ansiedad, el resentimiento, el desánimo, el odio, la vanidad, la avaricia, la codicia, las malas decisiones, etc
Al continuar dice el versículo
“Miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé consejo.”
El rey Salomón no solo pasa por el campo y lo observa de manera superficial.
Reflexiona sobre lo que ve, pone lo que observa en su corazón y toma consejo.
La pereza y la negligencia no solo afectan las finanzas, sino también a nuestra alma y la relación personal con Dios.
Dios mediante mañana continuamos con este tema
Para finalizar Debemos animarnos unos a otros, para ser hacedores de lo que dice en:
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.