Familia de la fe, vamos a compartir sobre el pasaje de Hechos 19:23-40, que relata un incidente en la ciudad de Éfeso.
Esta historia nos muestra sobre los peligros de la idolatría y la importancia de mantener nuestra adoración centrada en el Dios Vivo.
Oramos para permanecer firmes en la gracia para no caer en idolatría, la cual está identificada como una obra de la carne en Gálatas 5:19-21.
En Éfeso, el apóstol Pablo predicó el Evangelio con tal poder y autoridad que provocó un impacto significativo en la ciudad.
La conversión masiva de muchos ciudadanos de Éfeso a la fe cristiana generó preocupación entre aquellos que se beneficiaban de la venta de ídolos, dando inicio a la tumultuosa situación descrita en el pasaje.
La reacción de los artífices de ídolos en Éfeso revela la conexión estrecha entre la idolatría y los intereses egoístas.
La idolatría no solo implica la adoración a falsos dioses, sino que la confianza deja de estar en el Dios vivo y la idolatría genera ganancias materiales.
La protesta en Éfeso nos enseña que los ídolos son frágiles y temporales, adicional no tienen poder de hacer bien o mal.
Aunque los ciudadanos estaban dispuestos a defender a su diosa Artemisa, la realidad es que estos ídolos no tenían el poder ni la permanencia que se atribuía a ellos. En contraste, nuestro Dios es eterno, inmutable y verdaderamente poderoso.
En este pasaje, vemos cómo la multitud en Éfeso estaba dispuesta a defender sus ídolos, pero, como cristianos, debemos recordar la importancia de adorar al único y verdadero Dios.
La idolatría nos desvía de la verdadera relación con Dios, limitando nuestra comprensión de Su grandeza y amor.
Solo debemos adorar al Señor.
Para finalizar, debemos tener presente lo que dice en
1 Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”