NO DIGAS: YO ME VENGARÉ

En

Proverbios 20:22 dice:

No digas: Yo me vengaré; espera a Jehová, y él te salvará.

Este versículo habla sobre una de las actitudes en el ser humano: el deseo de venganza cuando hemos sido ofendidos o tratados injustamente.

Sin embargo, la palabra de Dios nos llama a una respuesta diferente: esperar en Él, y confiar que Él es quien tomará acción en nuestro favor.

Cuando nos sentimos injustamente tratados o heridos, puede aparecer el deseo de vengarnos.

El dolor, la humillación, o la injusticia nos hacen querer devolver el mal con mal, como si eso pudiera aliviar nuestro sufrimiento.

Pero Dios nos advierte que no debemos caer en esta trampa.

La venganza en lugar de traer paz, conduce a más dolor, resentimiento y conflicto.

Este versículo Nos revela que el verdadero juez es Dios y tiene el control sobre todas las situaciones, Él no ha delegado esa responsabilidad.

En lugar de tomar la justicia en nuestras propias manos, el versículo nos dice: “Espera a Jehová”. Es decir, confiar en que Dios, en su soberanía y justicia perfecta, se encargará de todo.

El “esperar a Jehová” no es un llamado a la pasividad o a la indiferencia, sino a confiar en la soberanía de Dios y Su voluntad que obra a nuestro favor.

Sabemos que Dios es justo, que ve y conoce todo, incluso lo que está en lo más profundo de nuestros corazones.

No importa cuánto nos hieran, Él está al tanto de todo y veremos que se hace realidad lo que dice al final el versículo:

 “Él te salvará”.

Es decir, Dios se encargará de la situación y nos dará la justicia que necesitamos, como dice en:

Romanos 12:19

No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque está escrito: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor

Al esperar en el Señor experimentamos la paz que sobrepasa todo entendimiento.

 Cuando descansamos en su palabra, no caemos en el engaño de la ira y el resentimiento.

La venganza solo perpetúa el ciclo de dolor, pero el perdón y la espera en Dios nos permiten vivir en la libertad y la paz que Él nos ofrece.

En medio de las diferentes circunstancias, debemos orar para vivir conforme a Su voluntad.

 Para finalizar vamos a

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

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