Jesús conto la siguiente parábola:
Mateo 7:24-27
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras,
y las hace, le compararé a un hombre prudente,
que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato,
que edificó su casa sobre la arena;
27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa;
y cayó, y fue grande su ruina.
Jesús habla de dos casas que fueron construidas
en diferentes fundamentos una en la roca
y otra en la arena.
Ambas casas recibieron eventos de la naturaleza,
pero una se sostuvo y la otra cayo.
La casa hace referencia a nuestra vida.
Ahora identifiquemos que significa la roca y la arena.
La roca es la persona que oye la palabra y la hace,
por otro lado, La arena es la persona que
oye la palabra y no la hace.
En ambos fundamentos se oye la palabra, pero la diferencia está en la acción que sigue,” hacer”.
En Santiago también se nos exhorta sobre el hacer, vamos a Santiago 1:22
22 Pero sed hacedores de la palabra,
y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Pedimos a Dios que alumbre nuestro entendimiento y nos ayude a hacer su palabra por fe, de esta forma podemos decir que estamos sobre la roca.
Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para nuestra vida en Efesios 3:20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros