Nosotros no somos autosuficientes,
todo lo contrario, necesitamos de la ayuda de Dios para todo, vamos a Hebreos 13:6
6 de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.
Ayudador se entiende como la persona que auxilia, ampara, asiste y protege. El Señor es el mismo siempre, Él no cambia. En la biblia leemos
historias que nos lo demuestra.
Por ejemplo, en Salmos 28:6-7
Bendito sea Jehová,
Que oyó la voz de mis ruegos.
7 Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
En él confió mi corazón, y fui ayudado,
Por lo que se gozó mi corazón,
Y con mi cántico le alabaré.
David clamó a Dios y lo ayudo.
Hoy podemos acercarnos confiadamente
al trono de la gracia para pedir ayuda,
con la certeza de que la vamos a encontrar.
Nunca estamos solos, al contrario,
contamos cada día con la ayuda de Dios.
Nosotros dependemos totalmente de Dios.
La Palabra de Dios para nosotros es como
agua al sediento, oramos para cada día apartar tiempo de intimidad con Dios.
De esta manera cada día nuestra mente será alumbrada por su palabra para heredar bendición
de manera sobrenatural en esta tierra,
confiando plenamente en su palabra.
Solo milagros cada día.
Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para tu vida en
Efesios 3:20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros