PERDONAR

Vamos a la palabra en

Colosenses 3:13

Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros

El versículo inicia

“Soportándoos unos a otros…”

El primer llamado es a “soportarnos” unos a otros.

 La palabra “soportar” implica más que simplemente tolerar a alguien.

Todos somos diferentes, con personalidades, temperamentos y antecedentes variados.

No es fácil llevarnos bien con todos, y es por eso que la palabra nos llama a soportar a de los demás.

El versículo continúa diciendo:

“Y perdonándoos unos a otros…”

Esto no es un perdón superficial o condicional, sino un perdón completo y sin reservas.

El perdón es una de las manifestaciones más claras de la gracia de Dios en nuestras vidas, y refleja la misericordia que disfrutamos de Dios en cada día.

 No se trata solo de olvidar la ofensa, sino de estar libres del rencor o la amargura y esto es posible gracias al fruto del Espíritu, que inunda nuestra alma

Pablo reconoce que en las relaciones humanas habrá momentos de conflicto, por esto dice

 “Si alguno tuviere queja contra otro…”

 No siempre estaremos de acuerdo o seremos tratados de manera justa.

 Las quejas y ofensas surgirán, pero lo importante es cómo respondemos a ellas.

El perdón no significa ignorar el daño, es no caer en el engaño de guardar rencor

¿y porque decimos engaño?

Porque el amor no guarda rencor.

La razón por la que debemos perdonar a los demás es porque Cristo nos ha perdonado de manera incondicional, completa y total.

No hay nada que podamos hacer para ganar el perdón de Dios, pero Él nos lo ofrece gratuitamente, y nos llama a extender ese mismo perdón a los demás.

El perdón no es solo un acto de bondad, sino una manifestación de la gracia de Dios.

Al perdonar, testificamos del amor que hemos recibido y del poder de Dios para sanar las heridas y restaurar las relaciones rotas.

cuando perdonamos disfrutamos de la libertad en nuestras almas, porque no caemos en la esclavitud del resentimiento

Ahora, preguntémonos:

  • ¿Hay personas en nuestras vidas a las que necesitamos perdonar?
  • ¿Estamos cargando con rencores o agravios no resueltos que afectan nuestra vida?

Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13

“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor

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