¿QUÉ FUENTE SOY?

¿QUÉ FUENTE SOY?

En los hogares compartimos tiempo, alegrías, tristezas, logros y la adversidad.

Es fácil el trato amable y cordial en la familia cuando todo va bien. Pero,

¿Qué pasa cuando aparece la frustración o aparece la adversidad?

Sucede que con la misma boca con la que decimos “te amo”, también maltratamos con palabra hirientes y ofensivas.

En el libro de Santiago nos confronta, vamos a

Santiago 3:10-12

De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

Jesús dijo en Mateo 12:34 que:

 “de la abundancia del corazón habla la boca”

 Si de nuestra boca salen palabras duras, críticas, insultos o groserías, eso revela que Necesitamos revisar nuestro corazón, porque la razón de esa forma de responder no son las circunstancias o personas, no es nada externo, sino que está en nuestro interior.

El corazón se refiere al alma.

La palabra nos hace una comparación muy clara: una fuente no puede dar agua dulce y salada al mismo tiempo.

Lo mismo aplica para nuestras palabras que usamos en casa , somos escogidos y bendecidos por Dios desde antes de la fundación del mundo y la palabra en 1 Pedro 2:9 dice :

  • Mas vosotros sois linaje escogido,
  • real sacerdocio,
  • nación santa, 
  • pueblo adquirido por Dios,

  En 1 Corintios 6:11 dice Jesús al morir y resucitar nos

  • Lavo
  • Santifico
  • Justifico

Oramos para que Dios alumbre nuestro entendimiento para entender cuál debe ser la forma de hablar ,de acuerdo a lo que Cristo el Señor hizo en nosotros.

¿Somos fuente de agua dulce o amarga?

Por favor cada uno responda las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo hablamos a nuestros hijos cuando están desobedientes?
  • ¿Cómo nos dirigimos a nuestra pareja cuando hay tensión y dificultades?
  • ¿Qué tono usamos al hablar con nuestros padres o hermanos? 

Oremos para que Dios nos ayude en usar  palabras para edificar y construir por ejemplo

  • “te amo”,
  • “gracias”,
  • “por favor”
  • “perdón”,
  • “estoy orgulloso de ti”,
  • “con mucho gusto”
  • “Todo es para bien” etc

No se trata solo de lo que decimos, sino cómo lo decimos.

El tono suave apacigua la ira ,lo dice en Proverbios 15:1.

Un tono amoroso puede cambiar por completo una conversación difícil.

Claro que se debe corregir. Pero eso no significa  gritar , humillar o insultar. Podemos disciplinar con firmeza, pero con respeto y amor.

La oración personal y en familia, acompañado de la lectura de la palabra de Dios , transforma el ambiente del hogar.

Dios nos llama a ser fuentes de agua dulce en medio de un mundo lleno de amargura, odio y resentimiento.

Y el primer lugar donde esto debe notarse es en nuestro hogar.

La palabra de Dios no es una teoría ,todo lo contrario es viva y eficaz ,que se debe reflejar ,por ejemplo en:

  • Dar gracias en todo, en lugar de queja,
  • Más paciencia y respeto ,en lugar de gritos y ofensas.
  • más comprensión que condenación.

De acuerdo a lo compartido, Cada uno por favor responda a la pregunta

¿Qué fuente soy?

Oramos al Señor por todas las familias de la congregación, para que seamos hacedores de su palabra.

¡¡¡¡Dios no miente!!!!   ¡¡¡¡El milagro sucede!!!!

Para finalizar vamos a 

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *