¿Qué HACER CUANDO APARECE EL TEMOR?

La respuesta la encontramos en el: 

Salmo 56:3 que dice:

El día que temo, en ti confío 

La vida está llena de desafíos y situaciones que pueden generar temor en nuestros corazones. Desde problemas financieros hasta enfermedades, conflictos familiares o crisis sociales, el temor nos paraliza.

Sin embargo, en medio de estas tempestades, el salmista David dice:

“El día que temo, en ti confío”

Para comprender plenamente este versículo, es importante entender el contexto en el que David lo escribió.

El Salmos 56 es un salmo de lamentación, escrito en un momento de angustia extrema para David.

 Se encontraba rodeado de enemigos, probablemente en una de las muchas ocasiones en las que era perseguido por el rey Saúl o enfrentaba a los filisteos.

David, un hombre conforme al corazón de Dios, no era ajeno al temor.

Sin embargo, su reacción ante el temor no era dejarse llevar por él, sino poner su confianza en Dios.

Todos, en algún momento, hemos experimentado el temor.

Incluso los grandes hombres y mujeres de fe en la Biblia sintieron temor.

 Moisés, cuando fue llamado por Dios, tuvo temor de enfrentar a Faraón.

El profeta Elías, después de su gran victoria sobre los profetas de Baal, huyó lleno de temor por su vida.

No estamos solos en nuestros temores y no debemos sentirnos culpables por experimentarlos.

La clave no está en negar el temor, sino en decidir dónde colocamos nuestra confianza cuando lo sentimos.

David no ignoró su temor; lo reconoció. Pero, no se paralizo, sino que confió en Dios.

 Esta es una lección crucial para nosotros:

El temor puede ser grande, pero nuestro Dios es más grande

Confiar en Dios significa tener presente Su fidelidad en el pasado y Su promesa de estar con nosotros siempre.

En momentos de temor, podemos recordar las innumerables veces que Dios ha sido fiel a lo largo de la historia, tanto en la Biblia como en nuestras propias vidas.

Él es el mismo ayer, hoy y por siempre. Su amor y cuidado no cambian, y podemos estar seguros de que Él nos sostendrá, incluso en los tiempos más oscuros.

En cada desafío, en cada temor, por fe nuestra confianza en Dios, sabiendo que es fiel y que nunca nos dejará, ni nos abandonará.

Al final, es esta confianza la que nos permitirá enfrentar cualquier temor con la certeza de que no estamos solos, y que Dios está en nosotros, guiándonos y protegiéndonos.

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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13

Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor

 

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