¿QUÉ NOS DICE 1 TIMOTEO 6:17?

Este versículo habla sobre 

¿en dónde debe estar la confianza y esperanza, en lo que se ve o en lo que no se ve?

Vamos a conocer que dice este versículo

A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.

La primera advertencia que nos da este versículo es que los ricos no sean “altivos”.

La riqueza, cuando no es manejada con sabiduría y humildad, puede engendrar orgullo y vanidad.

 La persona rica puede sentirse superior a los demás, creyendo que su valor se mide por lo que tiene en lugar de por quién es en Dios.

 La altivez nos hace perder de vista la realidad de que todo lo que tenemos es un regalo de Dios. Nadie se levanta por sí mismo; todo es por Su gracia.

La riqueza puede hacer caer en la trampa de la autosuficiencia y que no se necesita de Dios, Perdiendo de vista que somos dependientes de Dios para todo, incluso de lo que consideramos “nuestro”, como el dinero y los bienes.

El versículo nos dice también que las riquezas “son inciertas”.

No importa cuánto tengamos; las riquezas son temporales y volátiles.

 En un instante, todo lo que poseemos puede desvanecerse debido a una crisis económica, una pérdida de empleo, evento natural o cualquier otro imprevisto que nos recuerde que nuestra seguridad no está en lo que acumulamos, sino en Dios, quien es el que nos provee.

Las riquezas pueden ser como un castillo de naipes: parecen firmes, pero en cualquier momento todo puede derrumbarse.

 Por eso, la palabra nos exhorta a no poner nuestra esperanza en ellas.

 Debemos ser sabios y reconocer que nuestra verdadera seguridad está en Dios, el Todopoderoso, que no cambia y es eterno.

La segunda parte de este versículo es donde encontramos la respuesta a la advertencia:

“sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”.

 La verdadera fuente de nuestra esperanza y confianza debe ser Dios.

 Él es el que provee todo lo que necesitamos, y lo hace no solo para que lo utilicemos de manera responsable, sino también para que lo disfrutemos con gratitud.

Cuando nuestra confianza está en Dios, nuestra actitud hacia el dinero y los bienes cambia. Dejamos de ver el dinero como un fin en sí mismo, y lo comenzamos a ver como un medio para cumplir Su voluntad.

Dios nos da las cosas en abundancia no para caer en el engaño de la avaricia que es idolatría o el egoísmo, sino para que disfrutemos.

Familia de la fe

 ¿dónde estamos poniendo nuestra esperanza?

¿En las riquezas que son inciertas y pasajeras, o en el Dios que nos da todo en abundancia?

 Para finalizar vamos a

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

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