El salmo 23 es un ejemplo del fruto que genera
cultivar la relación personal con Dios.
Vamos a ir a algunos versículos de este salmo:
I. El rey David inicia el salmo diciendo|
“El Señor es mi pastor, nada me faltara”.
Al llamar a Dios nuestro Pastor, reconocemos su cuidado constante y su dirección
amorosa en nuestras vidas.
A menudo, en medio de las pruebas y tribulaciones, podemos perder de vista esta verdad fundamental.
Sin embargo, el Salmo 23 nos recuerda que, como ovejas en las manos de un buen pastor, estamos seguros en los brazos amorosos y poderosos de Dios.
II. El salmo continúa describiendo cómo
el Buen Pastor nos conduce a prados de
hierba fresca y aguas tranquilas.
Esta imagen evoca una sensación de paz y
tranquilidad en medio de un mundo lleno
de ansiedad y preocupación.
En nuestra vida agitada, a menudo buscamos descanso en diferentes lugares, Sin embargo, el verdadero descanso solo se encuentra como resultado de la relación personal con Dios.
Al confiar en su dirección y provisión, encontramos paz en medio de las tormentas de la vida.
III. Aunque caminemos por “el valle de sombras de muerte”, no debemos temer mal alguno,
porque Dios está con nosotros.
Este versículo nos recuerda que la vida está llena de desafíos y dificultades.
Sin embargo, incluso en los momentos más oscuros, Dios está presente, guiándonos y fortaleciéndonos.
Él es nuestra luz en la oscuridad
y nuestra fortaleza en la debilidad.
Al enfrentar pruebas y tribulaciones, podemos confiar en que Dios nos sostendrá y nos llevará a través de cualquier situación, no nos dejara avergonzar .
IV. El salmo nos habla de una mesa preparada delante de nuestros enemigos, donde Dios unge nuestra cabeza con aceite y nuestra copa rebosa.
Esta imagen es una representación de la provisión abundante de Dios, incluso en medio de la adversidad.
Aunque enfrentemos oposición y persecución, podemos confiar en que Dios suplirá
todas nuestras necesidades.
Su provisión es más que suficiente para nosotros,
y su gracia nos capacita para enfrentar cualquier desafío que se presente en nuestro camino.
V. El salmo finaliza con la certeza que tenía David en la bondad y la misericordia de Dios, que nos seguirán todos los días de nuestra vida.
Esta promesa nos recuerda que Dios es fiel
y constante en su amor por nosotros.
No importa cuáles sean nuestras circunstancias, podemos confiar en que Dios siempre estará con nosotros, guiándonos y
sustentándonos en su amor inquebrantable.
Oramos para confiar plenamente en Dios en todas las áreas de nuestras vidas, sabiendo que Él es nuestro refugio y nuestra fortaleza en todo momento.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13: 13
Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor