Encontramos esta promesa en:
Malaquías 3:11
11 reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová del ejército
Aquí Dios nos muestra una promesa de protección.
La figura del devorador, que aparece en este pasaje, representa a cualquier cosa que intente destruir nuestras cosechas, nuestras finanzas, nuestra salud y familia.
En un contexto agrícola, se refería a plagas que arruinaban las siembras, pero hoy en día puede referirse a todas esas situaciones que nos generan pérdidas.
Dios no solo promete darnos bendiciones, sino también proteger lo que ya tenemos.
Su protección es tan completa que Él se involucra directamente en nuestras vidas, reprende al devorador y asegura que nuestras bendiciones permanezcan intactas.
Este versículo nos revela que cuando somos fieles con lo que Dios nos da, Él cuida de cada aspecto de nuestra vida.
El devorador en la vida moderna puede manifestarse de diferentes formas
Por ejemplo, Podría ser deudas o problemas económicos que parecen consumir nuestros ingresos.
También la ansiedad o angustia que afecta nuestra estabilidad mental.
Las relaciones dañadas por conflictos y malentendidos
El devorador es un símbolo, que intenta destruir lo que Dios ha puesto en nuestras vidas.
Dios promete reprender al devorador, si somos fieles en nuestros diezmos.
Este es un principio de fe, Ser fiel en nuestras finanzas, en nuestro tiempo, y en nuestra relación con Dios, nos coloca bajo la protección divina.
La fidelidad no se trata simplemente de cumplir con una regla, sino de reconocer que todo lo que tenemos viene de Dios.
Al devolverle a Él una porción de lo que nos da, estamos reconociendo que confiamos en su provisión.
Cuando somos generosos con lo que Él nos da, abrimos la puerta para que Él derrame más bendiciones sobre nosotros.
Amados, Dios nos ha dado una promesa firme de protección contra el devorador. Pero esa protección viene acompañada de nuestra obediencia y fidelidad.
No es un contrato basado en el temor, sino en la fe y el amor.
Sabemos que Dios es fiel y no miente, su palabra se cumple.
No debemos temer, Dios nos guarda de cualquier cosa que intente destruir lo que Él ha construido en nosotros.
¡Qué maravilloso es saber que estamos bajo el cuidado y la protección del Rey de reyes!
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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”