en Efesios 2:19. dice:
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios
Este versículo nos revela nuestra nueva identidad en Cristo y lo que significa ser parte de la familia de Dios.
Las generaciones de gentiles que vivieron antes de que Jesús muriera y resucitara eran extranjeros y advenedizos, y sin Cristo en el mundo como lo dice en
Efesios 2:12-13
12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Pero, las generaciones posteriores a la obra redentora de Jesús, no son extranjeros. A través de su sacrificio nos ha reconciliado, como lo dice en:
Efesios 2:13
13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Ahora somos conciudadanos de los santos, parte del pueblo de Dios.
Esto significa que tenemos un lugar y una identidad en el reino de Dios.
Ya no somos forasteros, sino que hacemos parte de su familia.
La idea de ser “miembros de la familia de Dios” significa, que no solo somos ciudadanos de un reino, sino que también somos hijos del Rey (Juan 1:12).
Esto implica una relación íntima y personal con Dios como nuestro Padre y con otros creyentes como nuestros hermanos en la fe.
Como miembros de la familia de Dios, tenemos el privilegio de acercarnos a Dios con confianza para disfrutar de su amor y cuidado.
Nuestra identidad como conciudadanos y miembros de la familia de Dios debe dar propósito a nuestra vida diaria. Estamos llamados a ser luz y sal en el mundo (Mateo 5:13-16)..
Nuestra unidad y amor mutuo son señales del poder transformador del evangelio.
En Juan 13:35 Jesús dijo;
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros”
Oramos para ver claramente que somos conciudadanos de los santos y pertenecemos a la familia de Dios.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”