EL FRUTO DE LA MANSEDUMBRE

Familia de la fe, La mansedumbre, es un fruto del Espíritu, el cual encontramos en gálatas capítulo 5 versículo 23, este generara en nosotros un espíritu tranquilo, en paz, que refleja la imagen de Cristo.

El fruto de La Mansedumbre Contrariamente a lo que el mundo considera como debilidad, la mansedumbre es una fortaleza en la vida del creyente. 

En Proverbios 15:1 leemos
“La respuesta amable calma el enojo, pero la palabra áspera la hace crecer”. 

La mansedumbre tiene el poder de apaciguar los corazones y construir puentes en lugar de muros.

En el Sermón del Monte, Jesús proclamó: “Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra” (Mateo 5:5). Esta promesa divina nos asegura que aquellos que viven con mansedumbre experimentarán las ricas bendiciones de Dios, por ejemplo su gozo y paz, recibiendo una herencia que va más allá de las posesiones terrenales.

En Conclusión: Bendecidos, que la mansedumbre guíe nuestras acciones y palabras. Que, en lugar de responder con ira, busquemos la paz. Que nuestra humildad refleje la luz de Cristo en un mundo que a menudo valora la rudeza. Que la mansedumbre sea nuestra carta de presentación como discípulos de Aquel que nos llamó a ser luces en medio de la oscuridad.

Oremos para que, a medida que cultivamos la mansedumbre en nuestras vidas, podamos experimentar las ricas recompensas de vivir de acuerdo con los principios del Reino de Dios.

Para finalizar debemos tener presente lo que dice en
1 Corintios 13:13
Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor

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