NO CREEN

dios

Habacuc 1:5
Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.

Antes de continuar en la palabra veamos esta historia:

Al llegar a una ciudad cierto noble que andaba viajando, mandó a fijar el siguiente anuncio:

 “Pagaré las deudas de cualquiera que venga a verme mañana entre las ocho y las doce de la mañana.”

Dieron las once del día sin que nadie hubiese acudido; poco tiempo después fue llegando un pobre hombre que con mucha timidez y como con vergüenza le dijo:

—Señor, ¿es cierto que usted ha prometido pagar las deudas de cualquier persona que venga a verle?

—Sí, efectivamente así es. ¿Cuánto debe usted?

El hombre dijo cuánto era y el caballero extendió un cheque por valor de la cantidad que debía, y le mandó que se sentase hasta que dieran las doce.

Media hora más tarde llegó otro y fue tratado de la misma manera. Al dar las doce el noble despachó a los dos.

Al salir a la calle se hallaron con muchos, dispuestos a burlarse de ellos por haber sido tan crédulos y haberse dejado engañar, según ellos creían; pero grande fue su sorpresa al ver los cheques que tenían en la mano.

Entonces corrieron a la puerta de la casa; mas ¡ay! ya era tarde, ya había pasado la hora y la puerta estaba cerrada. Tuvieron que volverse entristecidos por no haber creído. 

Esta historia nos sirve de ilustración para hablar de las buenas nuevas, la gracia de Dios, el profeta Habacuc, dijo que se contaría lo que hizo Cristo al tomar cuerpo y la gente no creería.

No es casualidad, ni fue tu amigo que te invito, la verdad es que Dios te ha llamado para que conozcas las buenas nuevas y tengas una vida sobrenatural sobre la tierra, y debemos hacer lo que dice la palabra; vamos a:

Hebreos 3:7-8
Por lo cual, como dice el Espíritu Santo:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones,
Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,

Oramos para creer la palabra y así disfrutar del reino de Dios aquí en la tierra, una vida sobrenatural generada por el poder de Dios.

Nuestra vida es transformada por la palabra, es decir, vivimos por fe, no por vista.

Para finalizar Recordemos

Proverbios 28:25
Más el que confía en el Señor prosperará.

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