Ayer compartimos que la palabra de Dios nos dice que nosotros al oír, obedecer y aplicar la palabra, vamos a disfrutar de la gloria y el reino de Dios aquí en la tierra.
Jesús hizo énfasis en estos dos pasos vamos a:
Mateo 21:28-31
28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña.
29 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.
30 Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.
31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero.
En este mensaje Jesús enfatiza que lo vital es ser obedientes a su palabra, es decir, empezar a aplicar todo, ya que esto es lo que marca la diferencia.
Desde el antiguo testamento vemos la importancia de obedecer a Dios, vamos a:
1 SAMUEL 15:22
22 Pero Samuel respondió:—¿Qué es lo que más le agrada al Señor: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y el prestar atención es mejor que ofrecer la grasa de carneros.
Dios no quiere penitencias, ni sacrificios, ni ritos, ni ceremonias; Nosotros debemos oír la palabra y después obedecerla, de esta forma disfrutaremos de una vida sobrenatural, del reino de Dios aquí en la tierra.
La palabra también nos alienta a no desmayar en ser hacedores:
2 Tesalonicenses 3:13
Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.
Debemos avanzar por fe, Dios no miente y su palabra se cumple, leamos en:
Galátas 6:9
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
Oramos para cada día oír su palabra y ser obedientes por fe, el milagro sucede.
Para finalizar Recordemos
Proverbios 28:25
Más el que confía en el Señor prosperará.