Efesios 6:24
24 La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable.
Al trabajar todos los días en nuestra relación con Dios, nuestro amor por Él se va haciendo inalterable.
Es sencillamente hermoso y sobrenatural,
el poder de Dios que nos sostiene en medio
de las diferentes circunstancias.
El adjetivo inalterable se utiliza para calificar a aquel
o aquello que permanece impasible y no
muestra alteración en su estado de ánimo.
En ocasiones creemos que nuestra relación con Dios
es circunstancial, es decir, si nos va bien damos gracias, pero si algo no sale como esperamos, nos enfadamos con Dios, empezamos a reclamarle y dejamos de lado nuestra relación con Él.
Vamos a la historia de Pedro cuando Jesús se entrega, en Mateo 26:69-75
69 Pedro estaba sentado fuera en el patio;
y se le acercó una criada, diciendo:
Tú también estabas con Jesús el galileo.
70 Mas él negó delante de todos, diciendo:
No sé lo que dices.
71 Saliendo él a la puerta, le vio otra,
y dijo a los que estaban allí:
También éste estaba con Jesús el nazareno.
72 Pero él negó otra vez con juramento:
No conozco al hombre.
73 Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente
también tú eres de ellos, porque aun tu
manera de hablar te descubre.
74 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar:
No conozco al hombre.
Las circunstancias llevaron a Pedro a maldecir
y negar a Jesús.
Al avanzar en la historia llegamos a:
Juan 21:15-17
15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo.
El le dijo: Apacienta mis corderos.
16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor;
tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.
17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás,
¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor,
tú lo sabes todo; tú sabes que te amo.
Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
Pedro le dice a Jesús que lo ama y que este amor es inalterable, al punto de dar la vida por Él.
En el libro de Job capítulo 1 y 2 leemos que el comportamiento de Job era recto y apartado del mal, su amor por Dios era inalterable, tanto así que cuando perdió a sus hijos e hijas, propiedades, ovejas, pastores, camellos e incluso la salud, seguía siendo fiel a Dios; vamos a:
Job1:21-22
21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.
22 En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
Pero la esposa de Job amaba a Dios de acuerdo a las circunstancias y ante la situación esto expresa:
La esposa de Job amaba a Dios; pero podemos evidenciar en Job 2:9 que su amor era circunstancial.
9 Entonces le dijo su mujer:
¿Aún retienes tu integridad?
Maldice a Dios, y muérete.
Job 2:10
10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
El amor de Job no era circunstancial, era inalterable, Pedro también lo amo de esa forma, debemos trabajar en nuestra relación con Dios todos los días, para poder sentir por Dios un amor inalterable.
Para finalizar recordemos lo que dice en:
Mateo 6:33
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.