Mi mama tenía muchos problemas.
Había estado ganando peso y perdiendo cabello.
No dormía, se mordía las uñas y los dientes le rechinaban. Era irritable, gruñona y amargada.
Siempre estaba enferma, hasta que un día,
de pronto, su comportamiento fue otro.
La situación era la misma, pero ella era distinta.
Cierto día, mi papa le dijo:
─Amor, llevo tres meses buscando empleo y no he encontrado nada, no sé qué hacer, estoy desesperado.
Mi mama le contestó:
─no te preocupes, no te angusties, voy a continuar orando. También debes orar
y continuar buscando, no desmayes debes salir todos los días, porque Dios va a dar el trabajo.
Mi hermano le dijo:
─Mamá, voy mal en todas las materias de la universidad…
Mi mama le contestó:
─Está bien, debes orar y estudiar, Dios mediante te recuperarás y si no lo haces, pues repites el semestre, pero tú pagas el semestre.
Mi hermana le dijo:
─Mamá, choqué el carro.
Mi mama le contestó:
─¿Te paso algo hija?,
-No señora, estoy bien.
Gracias a Dios, el paso a seguir hija es:
llévalo al taller, busca cómo pagar y
mientras lo arreglan, debes ir en bus o
en el metro al trabajo y a la universidad.
Su nuera le dijo:
─Suegra, vengo a pasar unos meses con ustedes.
Mi mama le contestó:
─Bienvenida, pero no hay espacio, puedes acomodarte en el sillón de la sala y
busca por favor unas cobijas en el clóset.
Todos en casa de mi mamá nos reunimos preocupados al ver estas reacciones,
escucharla hablar de orar y dar gracias a Dios.
¿Qué le pasa a mi mamá?
Cuando todos nos reunimos en torno a ella,
mi mamá nos explicó:
“Me tomó mucho tiempo descubrir que mi angustia,
mi mortificación, mi depresión, mi coraje, mi insomnio, mi estrés, no resolvían sus problemas
y menos los míos sino que los agravaban “.
Yo, no soy responsable de las acciones de los demás, pero sí soy responsable de las reacciones que
yo exprese ante eso.
Tratando de encontrar una solución fui a cursos de yoga, de desarrollo humano, de higiene mental,
de vibración y de programación neurolingüística,
y en ninguno de estos encontré la respuesta.
Un día me encontré a Claudia y me compartió de la Gracia de Dios. Me dijo “que debía descansar en Dios, echar sobre él todas mis angustias y me leyó los siguientes versículos:”
1 Pedro 5:7
Confíen a Dios todas sus preocupaciones,
porque él cuida de ustedes.
Filipenses 4:7
Por nada estéis afanosos,
sino sean conocidas vuestras peticiones delante
de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Y Me dijo: “Dios si escucha tus oraciones.”
Le pregunte a Claudia que debía hacer y me contesto; inicia tu relación personal con Dios.
Entonces inicie mi relación con Dios:
1. Oro todos los días
2. Leo la palabra todos los días
3. Asisto una vez a la semana al estudio bíblico.
4. Y Me congrego los domingos
Recuerdan que los he invitado para que me acompañen, pero siempre tienen una excusa y se quedan
en casa o salen a hacer otras actividades.
Escuche en una predica que Dios no miente
y cumple su palabra.
Hoy ustedes son testigos del poder de Dios que ha trasformado mi vida. Ahora vivo por fe y oró para que cuando haya dificulta o circunstancias difíciles siempre se manifieste el fruto del Espíritu.
Todos en casa nos quedamos mudos.
Desde ese día la familia comenzó a funcionar mejor, porque todos comenzamos a orar,
leer la palabra y a congregarnos.
Ahora toda la familia vive por fe,
bajo la gracia de dios Y cada día suceden solo milagros.
Para finalizar recordemos lo que dice en
Mateo 6:33
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas