COMPARARSE

No debemos compararnos,
esto es un error porque manifiesta el engaño,
por ejemplo: Aparece la envidia, el resentimiento,
el odio; también puede manifestarse  la altivez, haciéndonos creer que somos más que los demás,
o, por el contrario, sentirnos menos que los demás
y  no disfrutar del reino de Dios.

Los discípulos de Jesús se compararon entre sí, Vamos a Lucas 9:46
Entonces entraron en discusión sobre
quién de ellos sería el mayor.

Al mismo tiempo, debemos tener cuidado cuando otras personas nos comparan, ese fue el caso del rey Saúl, cuando el pueblo lo comparo con David.

Vamos a la historia que la
encontramos en 1 Samuel 18:6-9
Aconteció que cuando volvían ellos,
cuando David volvió de matar al filisteo, 
salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl,
con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música.

7 Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían:
Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles.
8 Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles,
y a mí miles; no le falta más que el reino.

9 Y desde aquel día Saúl no miró con
buenos ojos a David.

 El rey Saúl le dio envidia y en el versículo 9 dice que su actitud hacia David no era la misma.

Dios nos creó con diferentes capacidades y
talentos  a cada uno de nosotros, somos únicos en la creación, es necedad caer en el error de compararnos.

Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para nuestra vida en Efesios 3:20       
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros

 

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