¿CONOCES LA ADVERTENCIA DE ROMANOS 8:13?

Romanos 8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Este versículo nos confronta,

¿Cómo estamos viviendo?

 la carne nos lleva a la muerte, y por el Espíritu nos da vida, No hay término medio.

La palabra dice:

“sí vivís conforme a la carne, moriréis.”

Esto nos muestra que la vida cristiana no es un estado pasivo, ni una rutina religiosa, sino una vida de fe

El versículo nos lleva a hacernos la siguiente pregunta:

 ¿Qué significa vivir conforme a la carne?

Vivir conforme a la carne, significa vivir bajo la dirección de la vieja naturaleza, dominados por deseos egoístas, orgullo, autosuficiencia y rebelión.

La carne se opone a Dios como dice en:

Gálatas 5:17

17 porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

Vivir conforme a la carne es andar sin someterse al Espíritu, es caer en los deseos engañosos

La advertencia es clara y firme: “moriréis”. Es decir, no disfrutaremos del reino de Dios aquí en la tierra, una vida de la paz de Dios y su gozo inundando nuestra alma.

Pero el versículo continúa diciendo

“más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.”

 No es por disciplina personal, ni por determinación, ni por legalismo religioso, sino por el Espíritu.

El mismo Espíritu que nos regeneró, nos capacita para vivir libres.

Dios no nos ha dejado huérfanos. Nos ha dado Su Espíritu para que vivamos una vida santa, no para ganarnos la salvación, sino como evidencia de que tenemos vida eterna.

El verbo “hacéis morir” está en tiempo presente.

Esto indica que no es algo que se hace una sola vez, sino que es un proceso constante.

La segunda parte del versículo nos da una promesa: “viviréis.”

 Esto se refiere a una vida abundante aquí en la tierra, Jesús dijo “he venido a traer vida y vida en abundancia”.

Cuando caminamos en el Espíritu, experimentamos la paz de Dios, el gozo verdadero, la libertad del poder del pecado, la transformación del carácter.

La vida cristiana no es una carga pesada, sino una vida plena en comunión con Dios, llena de fruto, dirección, propósito, y esperanza.

Familia de la fe, el llamado de este versículo es vital:

¿Estamos viviendo conforme a la carne o por el Espíritu?

La vida del Espíritu, no es en nuestras fuerzas, sino en la fortaleza de Aquel que venció en la cruz.

En Cristo no hay condenación, pero sí hay transformación.

Para finalizar Debemos animarnos unos a otros, para ser hacedores de lo que dice en:

Mateo 6:6

Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

 

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