¿CONOCES LA PROMESA QUE HAY EN EL SALMO 27:10?

El Salmo 27 Está lleno de esperanza y confianza en Dios, en todo tiempo, es decir también en el tiempo de adversidad.

Vamos al versículo 10:

 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, el Señor me recogerá.

Conozcamos el contexto en el que fue escrito. El rey David, autor de los salmos, a menudo enfrentaba situaciones de peligro y abandono. Su vida estuvo marcada por momentos de persecución, traición y soledad.

Sin embargo, a pesar de estos desafíos, David siempre encontró consuelo y refugio en Dios

Veamos la primera parte del versículo:

“Aunque mi padre y mi madre me dejaran…” Este versículo reconoce una de las formas más profundas de dolor humano:

el abandono por parte de aquellos que deberían amarnos incondicionalmente.

Continuemos en la segunda parte del versículo:

 “…con todo, el Señor me recogerá.”

Aquí vemos la respuesta divina al abandono humano.

Dios promete estar con nosotros incluso cuando aquellos más cercanos nos fallan y abandonan.

 El amor y cuidado de Dios son constantes e incondicionales.

 Muchas personas hoy en día experimentan el dolor del abandono y la soledad.

Ya sea por la ruptura de relaciones, la pérdida de seres queridos o la traición, estos momentos pueden ser extremadamente difíciles.

 Este versículo nos revela que, aunque los seres queridos nos fallen, Dios siempre está presente para sostenernos.

Como David, podemos recurrir a la oración en tiempos de angustia.

Al abrir nuestros corazones a Dios, encontramos consuelo y dirección.

 La oración nos permite expresar nuestro dolor y recibir la paz que solo Dios puede ofrecer.

Vamos a algunos ejemplos:

José

Abandonado por sus hermanos, José encontró en Dios la fortaleza para superar el rechazo y la adversidad.

 fue usado por Dios para salvar a su familia y a toda una nación

El Apóstol Pablo En 2 Timoteo 4:16-17, Pablo menciona cómo todos lo abandonaron durante su primer defensa, pero que el Señor estuvo a su lado y lo fortaleció.

El Salmo 27:10 nos recuerda que, en medio del abandono y la soledad, Dios es nuestro refugio seguro.

 Su amor es incondicional y eterno, y nunca nos dejará ni nos desamparará.

Oramos para cultivar la relación personal con Dios, conociendo su promesa de estar siempre con nosotros, incluso cuando aquellos que amamos nos abandonen.

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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13

“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor

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