En el Libro de Corintios, 2 Corintios 9:7 dice:
“Dios ama al dador alegre”.
En La acción de apartar y dar con alegría, estamos agradeciendo las bendiciones recibidas y reconocemos la abundancia divina en nuestras vidas.
El acto de dar, es por fe
El versículo nos recuerda que no es solo el acto de dar, sino la actitud con la cual damos.
En La generosidad motivada por la alegría, reconocemos por fe, que Dios es nuestro proveedor independiente de las diferentes situaciones que existan en el mundo.
El dador alegre experimenta una transformación interna que va más allá de la mera acción de dar.
La alegría al dar nos guarda de caer en el engaño del ego, es decir, que no se reconoce a Dios como proveedor, sino que se pasa a vivir por vista, la persona se limita a pensar que su capacidad y su esfuerzo son la razón del logro.
El entendimiento es alumbrado para dar por fe y con alegría, esto evita caer en la trampa de la avaricia y la palabra de Dios en el libro de Colosenses 3:15 la identifica como Idolatría.
Cuando somos dadores alegres, nos convertimos en testimonios vivos, recordando a otros que nuestro proveedor es el Dios Vivo.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”