DESCANSAR EN LA SOBERANÍA DE DIOS

En esta semana hemos compartido sobre la planeación y como la palabra nos dice que al hacerlo debemos primero tener en cuenta a Dios.

La razón es porque Dios es el Todopoderoso
y único Soberano sobre su creación.

Dios nos llamó para conocerlo y debemos descansar en su Soberanía, como dice en el libro del profeta Jeremías 10:23
Conozco, oh Jehová, que el hombre
no es señor de su camino, ni del hombre
que camina es el ordenar sus pasos. 

El versículo inicia diciendo “conozco”, es decir,
el profeta Jeremías sabía y  tenía clara la Soberanía de Dios, oramos para que nos revele
y ver claramente que él es Soberano.

Seguido el versículo dice:
 “el hombre no es señor de su camino”

Esto hace referencia sobre el futuro, es decir que ninguna persona puede enseñorearse, dominar, controlar o saber que va a pasar en el futuro.

Lo anterior se identifica como jactancia,
vamos a
Santiago 4:14,16
cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 
Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala;  

Al tener claro que debemos planear, pero tenemos en cuenta a Dios, por esta razón debemos decir; “si Dios lo permite haremos esto y aquello “, porque es claro en nuestra vida de la soberanía de Dios.

Y finaliza el versículo diciendo:
ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos. 

Esto se refiere a que no es suficiente la inteligencia, experiencia y estructura académica que tenga una persona para poder ordenar sus pasos.

Al decir “ordenar sus pasos”, se refiere a que
no se vea afectado el proceder por las obras de la carne, esto es imposible.

Las decisiones que toma la persona van a estar afectadas, por ejemplo: la envidia,
la codicia, la vanidad, la avaricia, el odio, el pleito,
la ira, los celos, etc.

Para ordenar los pasos, es decir, tomar decisiones desde el fruto del Espíritu, es necesaria la dependencia a Dios, pedir su ayuda para que alumbre el entendimiento e inunde el al alma el amor de Dios, la paciencia, la bondad, la fe, el dominio propio y todo esto es generado por la presencia de
Dios en cada uno de nosotros.

Dios es nuestro ayudador y toda obra para bien.

Oramos para tener en cuenta lo que dice en
1 Corintios 13:13
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

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