En el libro de Nahúm 1: 7 dice
Bueno es el Señor, fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en él confían.
El versículo inicia diciendo:
“Bueno es el Señor”
Estas palabras nos revelan la esencia misma de Dios.
Su bondad trasciende nuestras circunstancias y se mantiene constante a lo largo del tiempo.
Dios no solo es bueno cuando las cosas van bien, sino que Su bondad resplandece con mayor intensidad cuando enfrentamos la angustia. En medio de la oscuridad, está presente la bondad de Dios
En los momentos de angustia, cuando nuestras fuerzas flaquean, está la promesa que fortalece al cansado y multiplica al que no tiene ningunas.
En la fortaleza dada por Dios, descubrimos que podemos enfrentar cualquier desafío
con valentía y esperanza.
“Nuestro Dios conoce a los que en Él confían”. Dios nos conoce íntimamente, comprende
nuestras luchas, conoce nuestras
lágrimas y escucha nuestras oraciones.
En nuestra relación con Él, encontramos consuelo en saber que no solo somos conocidos,
sino amados, con amor eterno.
Nuestra esperanza no se fundamenta en lo que se, sino en el carácter inmutable de nuestro Dios, por ejemplo; Dios no miente.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en 1 de Corintios 13:13
Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor