EL CUIDADO DE DIOS

Vamos al

Salmo 22:9-10, dice:

Pero tú eres el que me sacó del vientre; me hiciste estar confiado desde que estaba en los pechos de mi madre.

Sobre ti fui echado desde antes de nacer; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

Este versículo revela que Dios está en nosotros desde el momento de nuestra concepción.

“Pero tú eres el que me sacó del vientre; me hiciste estar confiado desde que estaba en los pechos de mi madre.”

 Desde nuestros primeros momentos de vida, Dios ha sido nuestro protector y cuidador.

Pensemos en la historia de Moisés.

Desde su nacimiento, Dios tenía un plan para él. Aunque fue colocado en una canasta y enviado por el río Nilo, Dios cuidó de él, asegurándose de que fuera encontrado y criado en la casa de Faraón.

Esta historia nos recuerda que Dios tiene un propósito para nosotros desde el principio.

Desde que éramos bebés, Dios ha estado en nosotros, guiándonos y protegiéndonos.

 Incluso cuando no éramos conscientes de Su presencia, Él estaba allí, cuidando cada detalle de nuestras vidas.

El salmista continúa diciendo:

 “me hiciste estar confiado desde que estaba en los pechos de mi madre.”

Desde nuestra infancia, Dios ha sido una fuente de confianza y seguridad.

 Como padres y miembros del cuerpo de Cristo, tenemos la responsabilidad de hablarles a nuestros hijos sobre la confianza  en Dios desde una edad temprana.

 Debemos orar por todos los niños y jóvenes de la congregación para que inicien y perseveren en su relación personal con Dios

El versículo 10 dice: “Sobre ti fui echado desde antes de nacer; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.”

 Este versículo revela que nuestra relación con Dios no comienza cuando tomamos conciencia de Él, sino mucho antes, desde el vientre materno.

 Consideremos la vida de Jeremías. Dios le dijo en Jeremías 1:5

 “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué; te di por profeta a las naciones”

 Jeremías fue escogido como profeta y apartado para Dios antes de su nacimiento, demostrando que Dios tiene un propósito para nosotros desde el principio.

Dios nos ha escogido y nos ha separado para Él desde antes de que naciéramos.

Oramos para que Dios nos revele que pertenecemos a Él y que tiene un plan para nuestras vidas.

Oramos para ver claramente, que Dios ha estado con nosotros desde el principio, nos da seguridad y confianza con su cuidado continuo.

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Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13

Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor

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