Un fabricante de jabón que no creía en Dios.
Un día, mientras caminaba con un hombre
temeroso de Dios, le dijo:
“Hay algo que no puedo entender; hemos tenido el evangelio de la gracia de Dios durante miles de años, pero por dondequiera que uno mira hay maldad, corrupción, deshonestidad, injusticia,
dolor, hambre y violencia.
Parece que la gracia de Dios no
ha mejorado el mundo en absoluto.
Así que le pregunto, ¿de qué sirve?”.
El hombre temeroso de Dios
no respondió durante un tiempo, sino que siguió caminando con el fabricante de jabón.
Finalmente se acercaron a un parque donde los niños, cubiertos de polvo, jugaban en la tierra.
“Hay algo que no entiendo”, dijo el hombre temeroso de Dios.
“Mire esos niños; hemos tenido jabón por miles de años, y sin embargo esos niños están sucios.
¿De qué sirve el jabón?”.
El fabricante de jabón respondió:
“Pero, no es justo culpar al jabón por esos niños sucios; el jabón se tiene que usar antes
de que pueda lograr su propósito”.
El hombre temeroso de Dios sonrió y dijo “Exactamente”.
seguido le compartió Mateo15:17-20
¿No entendéis que todo lo que entra en la boca
va al vientre, y es echado en la letrina?
Pero lo que sale de la boca, del corazón sale;
y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos,
los falsos testimonios, las blasfemias.
Estas cosas son las que contaminan al hombre.
Continuo hablando el hombre temeroso de Dios,
toda la maldad que usted me dice que ve en el mundo es producto de lo que tienen en el
interior las personas y esto se manifiesta.
Las buenas nuevas es que el evangelio de la gracia de Dios si actúa en los creyentes,
vamos a 1 Pedro 1:22-23
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
El fabricante de jabones al escuchar
la palabra le fue clara.
Dios le revelo el evangelio de la gracia de Dios, luego se involucro en estudios bíblicos
para crecer en el conocimiento de la gracia y de nuestro Señor Jesucristo.
Nuestra labor es sembrar y regar la palabra de Dios con amor ,paciencia ,no debemos desmayar en estas acciones , porque Dios es quien da el crecimiento en las personas como lo vimos en la historia que compartimos el día de hoy.
Para finalizar vamos a 1 Juan 5:14-15
Y esta es la confianza que tenemos en él,
que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que
él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones
que le hayamos hecho