Vamos a la siguiente historia:
Un par de amigos conversaban, sentados en la puerta de una casa,Uno de ellos dijo:
– Ahí te va una adivinanza…
“¿Qué es lo que no tiene cuerpo, y pasan millones de años y nunca muere; existe y se encuentra dentro de nuestro mundo, tampoco es material ni espíritu y nada lo puede dañar.
En la mañana desayuna contigo, en la tarde observa tus quehaceres y en la noche se encuentra a tu lado y ve como duermes desde su inicio hasta que te levantas.
Cuando bajo responsabilidad te dan algún trabajo, entonces te haces un buen compañero de él y tratas de que no se te vaya rápidamente.
Un día le otorgas mucha importancia, sin embargo otro día no se lo das.
¿Es invencible, es invisible y jamás cambia?”.
Entonces, el que escuchaba, le dijo:
– Ahora, prepárate, no te me enturbies, porque te descifraré inmediatamente cuál es el enigma; y es el TIEMPO.
El tiempo es como una preciosa joya, de incalculable valor.
Cuando pasa un segundo jamás lo puedes recuperar en el mismo espacio y tiempo exacto.
La palabra nos exhorta sobre el manejo tiempo y la importancia de este, por ejemplo:
Efesios 5:15-16
15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Debemos aprovechar bien el tiempo, así que preguntémonos ¿En que invertimos nuestro tiempo? ¿si es para mi provecho?
La biblia También nos anima a ser organizados y eficientes con el manejo del tiempo, para no caer en el error de decir”No tengo tiempo” o “El tiempo no me alcanza”.
En Eclesiastés 3:1 dice todo tiene su tiempo y todo tiene su hora, es decir que debemos organizar en el día las diferentes actividades que tenemos planeadas y vamos a notar que si tenemos tiempo y nos alcanza.
Para finalizar recordemos lo que dice en:
Mateo 6:33
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.