EN NUESTRO INTERIOR

Un joven llegó al borde de un oasis contiguo a
 un pueblo y acercándose a un anciano le preguntó: 

—¿Qué clase de personas vive en este lugar? 
—¿Qué clase de personas vive en el lugar de donde tú vienes?, preguntó a su vez el anciano. 
—Oh, un grupo de egoístas y malvados, replicó el joven, estoy encantado de haberme ido de allí.

A lo cual el anciano contestó: 
—Lo mismo vas a encontrar aquí. 

Ese mismo día otro joven se acercó a beber
agua al oasis y viendo al anciano, preguntó: 

—¿Qué clase de personas vive en este lugar?

 El viejo respondió con la misma pregunta: 
—¿Qué clase de personas vive en el lugar
de donde tú vienes? 

—Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, 
me duele mucho haberlos dejado. 

—Lo mismo encontrarás aquí, respondió el anciano. 

Un hombre que había oído ambas conversaciones preguntó al viejo: 
—¿Cómo es posible dar dos respuestas
diferentes a la misma pregunta? 

A lo cual el viejo respondió: 
—Cada cual lleva en su corazón el medio
ambiente donde vive.

Aquel que no encontró nada nuevo en los
 lugares donde estuvo no podrá encontrar
 otra cosa aquí.

Aquel que encontró amigos allá,
 podrá encontrar también amigos aquí

Si miras dentro de ti sabrás que posees una gran fortaleza para entregar y para descubrir 
todas las cosas buenas en los demás.

Jesús se refirió en una parábola sobre que hay en nuestro interior, en nuestra alma,
vamos a Marcos 7:18-23
18 El les dijo:
 ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? 
¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar,
19 porque no entra en su corazón,
sino en el vientre, y sale a la letrina?
Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos.
20 Pero decía, que lo que del hombre sale,
eso contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del corazón de los hombres,
salen los malos pensamientos, 
los adulterios,
 las fornicaciones, los homicidios,
22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño,
la lascivia, la envidia, la maledicencia,
la soberbia, la insensatez.
23 Todas estas maldades de dentro salen,
 y contaminan al hombre.

Pero también hizo referencia que en nuestro interior corren ríos de agua viva, refiriéndose a
su presencia en cada uno de nosotros.

Juan 7:37-38
37 En el último y gran día de la fiesta,
Jesús se puso en pie y alzó la voz, 
diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

En nuestro interior está la presencia de Dios.

Nuestra relación personal diaria con Dios
manifestara el fruto del Espíritu,
 y esto es independiente del entorno,
porque lo genera la presencia de
Dios que vive en nosotros.

Vamos a Lucas 6:45
El buen hombre del buen tesoro de su
corazón saca bien; y el mal hombre del 
mal
tesoro de su corazón saca mal;
porque de la abundancia del corazón habla su boca.

oramos para que abunde la palabra en
nuestra alma manifestando el fruto del
 Espíritu en donde nos encontremos o la
situación que se presente, una vida
sobrenatural que solo brinda Jesucristo el Señor.

Para finalizar recordemos lo que dice en
Mateo 6:33
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

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