¿HABLAS MAL DE ALGUIEN?
Cuentan de un viejo irlandés que nunca hablaba mal de nadie. Siempre encontraba algo bueno en la peor persona.
Un día falleció un hombre que parecía atesorar en sí todas las miserias humanas: era ladrón, borracho, pendenciero, pegaba a su mujer y a sus hijos… una verdadera calamidad, un estorbo para la comunidad.
La noche del velorio, llegó el viejo irlandés a la sala donde estaba el difunto.
Todos se miraron y se decían por dentro: de este sí que no podrá decir nada bueno.
El viejo estuvo un momento callado, Parecía que efectivamente no sabía qué decir. Al fin, habló:
— Ciertamente sabía silbar. Daba gusto oírle cuando pasaba por debajo de mi ventana todas las mañanas. Le echaré de menos…
¡Qué bueno sería que buscáramos en los demás sus cualidades y
no sus defectos!
Ver las malas acciones, los comportamientos inadecuados y equivocaciones de nuestros semejantes es lo habitual.
Vamos a:
Santiago 4:11
Hermanos, no murmuréis los unos de los otros.
Primero debemos conocer la definición de murmurar; es expresar una queja o disgusto con una persona
en voz baja
La palabra te alerta a no caer en el engaño de la murmuración, todo lo contrario, cuando hables, debes edificar, leamos el siguiente versículo:
Efesios 4:29
….Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan.
Todos estamos avanzando en el camino, debemos orar unos por otros, no juzgar. Lo que debemos hacer, es compartir la palabra y orar por las personas, ya que Dios es quien se encarga transforma las vidas.
No hay nada imposible, Dios es el Todopoderoso.
Proverbios 28:25
Más el que confía en el Señor prosperará.