LA IRA

DIOS

LA IRA

Contaba un sabio que, cuando era niño, su carácter impulsivo lo hacía estallar en ira a la menor provocación.

 

Luego de que sucedía, casi siempre se sentía avergonzado y batallaba por pedir excusas a quien había ofendido.

 

Un día su maestro, que lo vio dando justificaciones después de una explosión de ira a uno de sus compañeros de clase, lo llevó al salón, le entregó una hoja de papel lisa y le dijo:

 

—¡Arrúgalo! El muchacho, no sin cierta sorpresa, obedeció e hizo con el papel una bolita. —Ahora —volvió a decirle el maestro— déjalo como estaba antes.

 

Por supuesto que no pudo dejarlo como estaba. Por más que trataba, el papel siempre permanecía lleno de pliegues y de arrugas.

 

Entonces el maestro remató diciendo:

 

—El corazón de las personas es como ese papel. La huella que dejas con tu ofensa será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues.

 

Así aprendió a ser más comprensivo y más paciente, recordando, cuando está a punto de estallar, el ejemplo del papel arrugado.

 

La reflexión que debemos hacer, es sobre la importancia de controlar la ira por medio de la templanza, dominio propio, paciencia y saber expresar nuestro desacuerdo sin ira.

 

En el día-día por las presiones y situaciones reaccionamos con ira y enojo, haciendo daño a las personas que se encuentran en nuestro entorno.

 

Vamos a la biblia:


Eclesiastés 7:9

9 No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.

 

En proverbios encontramos:

 

Proverbio 19:11

La cordura del hombre detiene su furor,

Y su honra es pasar por alto la ofensa.

 

Nuestra relación con Dios, emana los frutos del Espíritu, Gálatas 5:22-23; y estos se manifiestan en el momento que nos enfrentamos a una situación difícil; ya que aparece el dominio propio, la templanza, el poder, la paciencia, la fe y estos no permiten que te avergüence el enojo y la ira. Por el contrario, ganamos respeto, debido a la forma en la que afrontamos las diferentes situaciones.

 

Aparece el dominio propio y la templanza para controlar y manifestar paciencia y amor.

 

La palabra dice “El que está en Cristo nueva criatura es…” Dios nos va trasformando a su imagen, para no caer en el engaño de la ira y el enojo.

 

Para finalizar Recordemos:

 

  Proverbios 28:25 
Más el que confía en el Señor prosperará.

 


 

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