En el libro de 2 corintios 9:6 dice
6 pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
Este versículo revela la dinámica divina de la siembra y la cosecha.
El evangelio es por fe, oramos para que Dios nos permita ver como la siembra y la cosecha impacta no solo nuestras vidas materiales, sino también nuestro crecimiento espiritual y con el propósito de que la palabra corra.
En 2 Corintios 9:6 la siembra se convierte en un poderoso símbolo de nuestra disposición a dar y a sembrar en la obra de Dios.
Cada acto de generosidad es una semilla que plantamos en el suelo fértil de la providencia divina.
La revelación de este versículo trasciende la mera cosecha material. Si bien es cierto que la generosidad puede conducir a bendiciones tangibles, también abre las puertas a una cosecha espiritual abundante.
La cosecha no solo se mide en términos de bienes materiales, sino en términos de crecimiento espiritual, por ejemplo: vivir sin caer en la avaricia o codicia, sino completamente seguros de que nuestro proveedor es el Dios Todopoderoso.
La conexión entre la siembra y la cosecha no solo reside en la cantidad, sino en la actitud del corazón al dar. Dios mira el corazón y valora la disposición a sembrar con generosidad, con alegría y amor
El justo vivirá por fe , oramos para que Dios revele esta palabra para ser sembradores , confiando en la fidelidad de Dios para hacer florecer la cosecha en su tiempo perfecto, porque Dios no miente y su palabra se cumple.
Para finalizar, debemos tener presente lo que dice en
1de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”