NO JUZGAR

La parábola del hijo prodigo que está en
 Lucas 15:11 al 32 tiene muchas enseñanzas,
 y una de ellas es que no debemos juzgar.

La parábola cuenta sobre dos hijos, el menor pide su herencia y se va lejos de su padre.
En ese lugar vivió perdidamente, desperdiciando los bienes, vamos a Lucas 15:16
16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 

Reconoce el error y regresa donde su padre.

El papá lo recibe de la siguiente manera:
Lucas 15:20-24
20 Y levantándose, vino a su padre.
Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre,
 y fue movido a misericordia, y corrió,
y se echó sobre su cuello, y le besó. 
21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 
22 Pero el padre dijo a sus siervos:
Sacad el mejor vestido, y vestidle;
y poned un anillo en su mano,
y calzado en sus pies. 
23 Y traed el becerro gordo y matadlo,
 y comamos y hagamos fiesta; 
24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido;
se había perdido, y es hallado.
Y comenzaron a regocijarse.

El hijo no esperaba ese recibimiento
 por parte de su padre.

¿Pero cómo lo recibió el hermano?
¿Con el mismo gozo que su papá?

Vamos a Lucas 15:25-30
25 Y su hijo mayor estaba en el campo;
y cuando vino, y llegó cerca de la casa,
oyó la música y las danzas; 
26 y llamando a uno de los criados,
le preguntó qué era aquello.
27 Él le dijo: Tu hermano ha venido;
 y tu padre ha hecho matar el becerro gordo,
por haberle recibido bueno y sano.
28 Entonces se enojó, y no quería entrar.
Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.
 29 Mas él, respondiendo, dijo al padre:
 He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado
 ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 
30 Pero cuando vino este tu hijo,
 que ha consumido tus bienes con rameras,
has hecho matar para él el becerro gordo. 

El hermano al ver el recibimiento no
 se alegró por la llegada, sino que le recordó
 lo que hizo con la herencia, además le dijo al
 padre que nunca le había dado nada a él.

El padre que era un hombre misericordioso
 y sabio le dijo Hijo, tú siempre estás conmigo,
y todas mis cosas son tuyas.

 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos,
porque este tu hermano era muerto, y ha revivido;
se había perdido, y es hallado.

El padre le muestra que el siempre ha tenido
todas las cosas adicionales, el hermano
 ya había cambiado su comportamiento
y no era necesario recordar el pasado.

El reino de Dios es hoy.

Para finalizar vamos a

Efesios 3:20
20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.

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