Primero leamos lo que dice este versículo:
¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?
Pablo, en su carta a los Gálatas, expresa su preocupación y asombro por cómo los creyentes de Galicia se habían desviado del camino de la fe en Jesucristo y habían vuelto a depender de las obras de la ley para su justificación.
Este versículo está vigente hoy, como lo fue en aquel entonces, ya que constantemente enfrentamos desafíos y distracciones que pueden apartarnos de la verdad del evangelio.
Pablo comienza este versículo llamando a los gálatas “insensatos”, implica una falta de entendimiento o sabiduría.
Los gálatas habían recibido el evangelio de Jesucristo, habían experimentado la gracia de Dios y habían comenzado bien en su caminar cristiano.
Sin embargo, estaban siendo seducidos por falsos maestros que los convencían de que necesitaban cumplir con las obras de la ley para ser verdaderamente justificados.
Hoy en día, nosotros también podemos ser “insensatos”, cuando nos dejamos llevar por enseñanzas que añaden requisitos humanos, a la salvación por gracia que es mediante la fe.
Puede que no sean las obras de la ley judía, pero pueden ser reglas y tradiciones humanas que nos desvían de la simplicidad y pureza del evangelio de Cristo.
Preguntémonos:
¿Estamos añadiendo algo al evangelio en nuestra vida?
¿Estamos tratando de ganar el favor de Dios a través de nuestras obras, en lugar de descansar en la obra completa de Cristo en la cruz?
Mañana Dios mediante continuamos con este tema, recuerda darle me gusta y compartir para que la palabra corra
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor