NUESTRA PROPIA OPINIÓN

dios

Iniciamos recordando la historia;

En el año 1633 el Papa Urbano VIII, quien pretendía ser el sapientísimo e infalible vicario de Cristo, haciendo alarde de su “sabiduría” mandó encarcelar a Galileo porque éste enseñaba que la tierra giraba sobre sí misma y a la vez alrededor del sol.

Al gran Galileo, para salvarle la vida después de haber sufrido durante muchos, muchos meses en los calabozos de la Inquisición, se le hizo salir, con la creencia de los inquisidores, de que la prisión había quebrantado las “herejías” que había estado enseñando.

Pero como se viera que Galileo aún conservaba las ideas que antes había expuesto,

el Papa lo mandó a la cámara de tormento, donde el pobre anciano sufrió muchas veces, con estoicismo, el suplicio de la cuerda. Al fin, quebrantado y vencido por los sufrimientos físicos y morales, fue obligado a abjurar en esta forma:

“Yo, Galileo, a los setenta años de edad, arrodillado ante sus eminencias y teniendo ante mis ojos los Santos Evangelios que toco con mis propias manos, abjuro, detesto y maldigo el error y la herejía del movimiento de la tierra.”

 La justicia divina y la sabiduría que Dios ha transmitido a los hombres, han exaltado a Galileo colocándolo entre los sabios más ilustres que el mundo ha conocido, y han humillado al altivo Papa Urbano VIII colocándolo entre los hombres más presuntuosos e ignorantes de la tierra

 

El 31 de octubre de 1992 Juan Pablo II reconoció los errores de la iglesia en el caso de Galileo. En su discurso, mencionó los errores cometidos por la mayoría de los teólogos de la época, pero no mencionaba la responsabilidad personal de Urbano VIII.

 

Si en algo natural como la historia que acabamos de leer, debemos tener cuidado con “nuestra opinión” para no caer en errores como Urbano VIII.

 

En lo espiritual, debemos orar para que Dios alumbre nuestro entendimiento y sea revelada la palabra a nuestra vida, para salir de los errores y del engaño para conocer la verdad.

Encontramos en:

 

Proverbios 3:7-8
No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal;
Porque será medicina a tu cuerpo,
Y refrigerio para tus huesos.

 

Jesús dijo yo soy el camino, la verdad y la vida, podemos caer en el engaño de comparar nuestra opinión natural con la palabra y llegar a la conclusión errónea que la palabra de Dios está equivocada.

 

En el proverbio que compartimos dice “teme a Dios” es decir, debemos amar, respetar y obedecer la palabra.

 

La palabra de Dios es viva y eficaz.

Todo pasará, pero la palabra permanecerá, encontramos en hebreos 11:3 que el universo fue creado por la palabra, oramos para no dudar de la palabra, todo lo contrario, vivir por fe; para ver el poder de Dios y sus milagros.

 

Cada día debemos apartar tiempo para fortalecer nuestra relación personal con Dios, orar para que alumbre nuestro entendimiento y así viviremos por fe para disfrutar del reino de Dios aquí en la tierra.

 

Para finalizar Recordemos

Proverbios 28:25
Más el que confía en el Señor prosperará.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *