ORAR, LEER LA PALABRA Y CONGREGARSE

Luis le compartía a Juan sobre la Gracia de Dios.

Juan le pregunto  ¿que debía hacer para
sentir la necesidad de tener una relación
personal con Dios?, es decir, orar,
leer la palabra y congregarse.

Luis, luego de reflexionar en silencio, le pidió que fueran el sábado al río para darle la respuesta.

El sábado  se encontraron en el rio. Sin mediar palabra, salvo un pequeño ademán de que lo siguiera,
empezó a adentrarse poco a poco en el río.

El agua empezó a subir de los tobillos a la rodilla,
de esta a la cadera y luego el pecho. Justo cuando estaba por cubrirle el rostro, su maestro lo tomó
y lo hundió con vehemencia bajo el agua.

Empezó así una lucha feroz por emerger a la superficie, pero la fuerza de
Luis era tal que se lo impedía.

Finalmente, luego de varios segundos, este dejó que subiera por una bocanada de aire.

 Lo llevó a la orilla y le preguntó:
“¿Qué era lo que más deseabas al estar sumergido”?“¡Respirar!”, contestó el hombre.

A lo que este contestó: 

No esperes a tener situaciones abrumadoras
como por ejemplo una grave enfermedad ,
la quiebra económica, problemas emocionales o abandono por los seres queridos, entre otros,  
para que sentir la necesidad de iniciar
la relación personal con Dios.

Hoy es el día para iniciar a orar, leer la palabra y congregarnos, vamos a 1 Corintios 1:9
Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.

Dios nos llamó para una comunión con él, solo nos corresponde por fe obedecer, Dios vive en ti.

Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para nuestra vida en Efesios 3:20 
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros

 

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