PARÁBOLA DEL SEMBRADOR (I PARTE)

Mateo 13:1-9
Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.
Y se le juntó mucha gente;
 y entrando él en la barca, se sentó, 
y toda la gente estaba en la playa.

Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo:
He aquí, el sembrador salió a sembrar.

Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó
 junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

Parte cayó en pedregales,
donde no había mucha tierra; y brotó pronto,
porque no tenía profundidad de tierra;

pero salido el sol, se quemó;
y porque no tenía raíz, se secó.

Y parte cayó entre espinos;
y los espinos crecieron, y la ahogaron.

Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto,
cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

El que tiene oídos para oír, oiga.

 Lucas 8:11
11 Esta es, pues, la parábola:
La semilla es la palabra de Dios.

Mateo 13:19
19 Cuando alguno oye la palabra del reino
 y no la entiende, viene el malo,
 y arrebata lo que fue sembrado en su corazón.
Este es el que fue sembrado junto al camino.

Efesios 1:17-18
17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo,
el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
18alumbrando los ojos de vuestro entendimiento,

Marcos 4:16-17
16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra,
al momento la reciben con gozo;
17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.

Marcos 4:18-19
18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos:
los que oyen la palabra,
19 pero los afanes de este siglo,
y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

Salmos 62:10
No confiéis en la violencia,
Ni en la rapiña; no os envanezcáis;
Si se aumentan las riquezas,
no pongáis el corazón en ellas.

Lucas 8:15
15 Mas la que cayó en buena tierra,
éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.

Salmos 51:10
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

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