En estos tiempos de incertidumbre, en lo natural podemos sentir abrumados por las circunstancias que nos rodean, pero Dios nos llamó a poner nuestra esperanza en su palabra, es por fe.
Vamos a libro del profeta Jeremías 29:11, donde el Señor nos dice: Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Este versículo nos revela la naturaleza amorosa y cuidadosa de nuestro Padre celestial.
En medio de las tormentas de la vida, por ejemplo, lo que vivió José, vendido como esclavo, luego en la cárcel.
pero debemos recordar que Dios tiene planes para nosotros, planes llenos de bienestar y esperanza, regresando a la historia de José, Dios lo coloco como el segundo hombre en Egipto.
Aunque los tiempos puedan parecer difíciles, podemos confiar en que Él está trabajando en nuestras vidas para darnos un futuro lleno de propósito y bendición.
La esperanza que encontramos en la Palabra de Dios no es simplemente un sentimiento pasajero, sino una certeza fundamentada en la fidelidad y el amor incondicional de nuestro Creador.
En el versículo citado, Jeremías nos recuerda que Dios tiene planes específicos para cada uno de nosotros. No somos accidentes en este universo, sino creaciones cuidadosamente diseñadas con un propósito divino. En los momentos de desánimo, recordemos que Dios no solo está al tanto de nuestras circunstancias, sino que también tiene un plan que se está desarrollando en medio de ellas.
Dios nos llamó para revelarnos su soberanía y a depositar nuestra esperanza en su palabra, que permanece y es la verdad.
La esperanza que proviene de Dios nos sostiene en tiempos difíciles.
La esperanza no es una respuesta emocional a las circunstancias, es todo lo contrario, porque está en la palabra de Dios que nada la limita, es decir sucede el milagro.
Al vivir con esperanza, nos convertimos en portadores de luz en un mundo en tinieblas.
Recordemos siempre la promesa de un futuro lleno de bienestar, porque la palabra dice:
Que nos llamó a heredar Bendición.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor