RAÍCES EN LA ESPERANZA

Vamos a compartir un versículo que nos brinda esperanza en medio de la incertidumbre,
este lo encontramos en Jeremías 17:7-8
bendito el varón que confía en Jehová,
y cuya confianza es Jehová.
 
porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces,
y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará,
ni dejará de dar fruto.
 

Oramos para ver claramente lo que dice Dios en estos dos versículos, sobreponer nuestra confianza en Dios.

 A medida que exploramos estos versículos, descubrimos un llamado a confiar en el Señor, independientemente de las circunstancias. Estos versículos nos ofrecen un recordatorio atemporal de cómo, a pesar de los desafíos y las adversidades, podemos encontrar esperanza en Dios, cuyas promesas son firmes como un árbol
plantado junto a las aguas.

No importa cómo vivimos ayer, la semana pasada o el año pasado, no importa el pasado, lo valiosos es hoy, ahora y oramos para ver claramente la palabra, para arraigar nuestras almas en la seguridad que proviene de confiar en el Todopoderoso.

El versículo 7 comienza con una afirmación clara y valiente: “Bendito el hombre que confía en el Señor”. La bendición se encuentra en la confianza depositada en Dios. Esta confianza no se basa en las circunstancias externas, sino en la fidelidad y soberanía del Creador.

Jeremías, a pesar de las pruebas que enfrentó como profeta, nos insta a confiar en el Señor como fuente inagotable de esperanza.

La metáfora del árbol plantado junto a las aguas en el versículo 8 es poderosa. Representa la estabilidad y la fortaleza que provienen de arraigar nuestras almas en la presencia y providencia de Dios.

Así como las raíces de un árbol buscan constantemente agua para sustentarse, nosotros encontramos esperanza al sumergirnos en la presencia de Dios a través de la oración, la meditación en Su Palabra, estudios bíblicos y congregarnos.

Jeremías no ignora la realidad de la adversidad, pero destaca que aquel que confía en el Señor no teme cuando viene el calor. Esta referencia al calor simboliza los desafíos y las pruebas que enfrentamos en la vida.

 La promesa es que, a pesar de las dificultades, aquellos que confían en Dios no solo sobrevivirán, sino que prosperarán.

La confianza en Dios actúa como un escudo que nos protege y nos permite perseverar con esperanza en medio de las tormentas.

El versículo continúa describiendo al hombre que confía en el Señor como un árbol que no se preocupa en el año de sequía y nunca deja de dar fruto.

Aquí encontramos la promesa de que nuestra esperanza en Dios no está sujeta a las fluctuaciones de las circunstancias, sino que produce frutos constantes.

En las estaciones de sequía, cuando parece que todo a nuestro alrededor se seca, nuestra confianza en Dios nos permite permanecer firmes y seguir dando fruto.

Oramos para arraigar nuestra
alma en la gracia de Dios.

 Esto implica una relación personal continua y profunda con Él.

La confianza en Dios implica confiar en Su providencia, incluso en medio de las dificultades. Reconocer que Dios está en control, que Su amor y cuidado son inquebrantables, nos permite enfrentar los desafíos con valentía y esperanza.

Nuestra confianza no se basa en nuestras propias fuerzas, sino en la fidelidad del Dios que nunca falla.

A medida que enfrentamos los vientos fuertes y las sequías de la vida, recordemos la promesa de Jeremías.

La palabra dice que Dios No nos abandona, ni nos desampara; somos como árboles plantados junto a las aguas. Perseveremos en la palabra, sabiendo que nuestra confianza en Dios nos sustentará y permitirá que sigamos dando fruto incluso en los momentos más desafiantes.

Jeremías 17:7-8 nos dice que nuestra esperanza no descansa en las circunstancias cambiantes, sino en el Dios inmutable. Al confiar en el Señor y arraigar nuestras vidas en Su amor y fidelidad, experimentamos una esperanza que va más allá de las situaciones temporales.

Oramos para que nuestra confianza
siempre este en la palabra de Dios

Par finalizar vamos a 1 Corintios  13:13
Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor

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