RECONOCIENDO QUE SOMOS NECESITADOS DE LA PALABRA DE DIOS

El rey David reconocía que necesitaba la palabra de Dios, es decir que su inteligencia natural y estructura, no era suficiente cuando se trataba de los deseos engañosos, por ejemplo; la avaricia y la vanidad

Oramos para que Dios nos revele claramente que necesitamos la palabra de Dios, para esto vamos a los:

Salmos 119:36-37

Inclina mi corazón a tus testimonios, y no a la avaricia.

 Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; avívame en tu camino.

Todo El Salmo 119 es una profunda meditación sobre la necesidad de la Palabra de Dios en la vida del que Dios ha llamado.

Los versículos 36 y 37 nos revela sobre la necesidad de depender de Dios, para dirigir nuestros corazones y nuestras acciones hacia lo que es justo y verdadero, apartándonos de la avaricia y la vanidad.

El salmista pide a Dios que incline su corazón a su Palabra, igual debemos hacerlo nosotros, porque reconocemos que somos débiles y podemos caer en estos engaños.

Sin la intervención divina, nuestros corazones tienden a desviarse hacia deseos egoístas y engañosos.

Pedimos a Dios que alumbre nuestro entendimiento para reconocer nuestra necesidad diaria de la gracia de Dios, para inclinar nuestros corazones hacia Su Palabra.

 No podemos confiar en nuestra inteligencia natural, para no caer en los deseos engañosos.

Debemos valorar y desear la palabra de Dios más que cualquier otra cosa.

 Debemos aprender a estar contentos con lo que Dios nos ha dado, confiando en que Él proveerá todas nuestras necesidades como lo dice en Filipenses 4:11-12

La vanidad se refiere a cosas vacías e inútiles que no tienen un verdadero valor.

 El salmista pide a Dios que le ayude a desviar su mirada de tales cosas y a enfocarse en lo que realmente importa.

El versículo 37 el rey David le pide que lo avive, es decir que le dé el deseo, la fuerza, igual debemos pedirle a Dios para transitar el camino de su palabra.

El Salmo 119:36-37 es un ejemplo de una oración personal con Dios.

Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13

“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”

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