LA PALABRA DE DIOS NOS SUSTENTA

El rey David dice en el 

Salmos 119:28

Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra

Aquí, el salmista reconoce la carga de la ansiedad que agobia su alma y pide el sustento que solo puede venir de Dios.

La ansiedad es una experiencia común que puede desgastar nuestra alma.

El salmista describe su alma como “deshaciéndose”, una imagen que refleja una intensa sensación de desintegración y angustia.

 El clamor del salmista por el sustento divino nos enseña que, en medio de nuestra ansiedad, debemos buscar la Palabra de Dios como nuestra fuente de apoyo.

 En Mateo 4:4, Jesús dice: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Sigamos el ejemplo del salmista, echando todas las ansiedades en Dios y contarle acerca de nuestras dificultades y necesidades con plena confianza.

Hagamos un hábito diario de leer y meditar en la palabra.

En tiempos de abatimiento y ansiedad, la Palabra de Dios nos proporcionará la vivificación y el sustento que necesitamos.

 La Palabra de Dios es nuestra fuente de vida y sustento.

En ella encontramos el poder para ser vivificados y sostenidos en medio de cualquier circunstancia.

Oramos para que cada uno de nosotros busquemos refugio en la palabra de Dios.

Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13

“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”

 

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