Se cuenta que cierto emperador chino, cuando le avisaron que en una de las provincias de su imperio había una insurrección, dijo a los ministros de su gobierno y a los jefes militares que lo rodeaban:
“Vamos. Seguidme. Pronto destruiré a mis enemigos.”
Cuando el emperador y sus tropas llegaron a donde estaban los rebeldes, él trató afablemente a éstos, quienes, por gratitud, se sometieron a él de nuevo.
Todos los que formaban el séquito del emperador pensaron que él ordenaría la inmediata ejecución de todos aquellos que se habían sublevado contra él; pero se sorprendieron en gran manera al ver que el
emperador trataba humanitariamente y hasta con cariño a quienes habían sido rebeldes.
Entonces el primer ministro preguntó con enojo al emperador:
“¿De esta manera cumple vuestra Excelencia su promesa?
Dijisteis que veníamos a destruir a vuestros enemigos. Los habéis perdonado a todos, y a muchos hasta con cariño los habéis tratado.
Entonces el emperador, con actitud generosa, dijo: “Os prometí destruir a mis enemigos; y todos vosotros veis que ya nadie es enemigo mío: a todos los he hecho mis amigos.”
Oramos para que Dios nos de sabiduría en la forma de relacionarnos con nuestro prójimo, ya que, como en la historia hay momentos de conflicto o malos entendidos. También en nuestro día-día se presentan situaciones donde aparecen los gritos y ofensas, vamos a la biblia para saber cuál debe ser nuestra respuesta:
Proverbios 15:1
La respuesta amable calma el enojo,
pero la agresiva echa leña al fuego
La amabilidad debe ser una característica presente en el pueblo de Dios, vamos:
Filipenses 4:5
5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres.
Jesús también compartió como debe ser la relación con nuestro prójimo:
Mateo 5:34
44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
El primer lugar donde debemos aplicar la gentileza, el cariño y el respeto es en nuestros hogares.
Para finalizar Recordemos
Proverbios 28:25
Más el que confía en el Señor prosperará.