SIENDO CONSOLADOS PARA CONSOLAR

La definición de consolar es  “Descanso
y alivio de la pena, molestia o fatiga que aflige y oprime el ánimo de una persona.”

En algún momento por las circunstancias y situaciones aparece la “necesidad de ser consolado”,
recibir una palabra de ánimo dirección,
un abrazo o simplemente compañía.

Vamos a la siguiente historia:

cuentan que un anciano acostumbraba recorrer la orilla de la playa muy temprano cada mañana. Caminaba largas distancias, aunque con frecuencia se agachaba, parecía recoger algo de la arena y luego lo lanzaba al mar.

Cierto día un joven decidió seguirlo. En varias ocasiones lo había observado realizar esta extraña tarea hasta que desaparecía en la distancia.

¿Qué recogía?

¿Y por qué lo devolvía al mar?

La única manera de saberlo era siguiéndolo. Y lo hizo. Cuando pudo darle alcance, su sorpresa fue grande cuando vio que se trataba de muchas estrellas de mar.

—¿Por qué hace usted eso?

—preguntó el joven, curioso.

— Es la única manera de salvarles la vida —contestó el anciano—. Si permanecen en la orilla por mucho tiempo, mueren deshidratadas.

— ¡Pero son muchas!

¿Qué sentido tiene lo que está haciendo?

Mientras mostraba al joven la estrella que acababa de recoger, el anciano respondió:

— Tiene sentido para ella.

Entonces el anciano lanzó la estrellita de regreso al mar.

Si hubiera sido capaz de hablar, esto es lo que la estrellita de mar le habría dicho al joven: «¡Tiene sentido para mi».

¿Tiene sentido consolar el dolor de una persona en una época en la que millones sufren?

¿Consolar a uno que sufre la pérdida de un ser querido?

 La respuesta es sí, aunque solo sea uno.

Dios nos consuela, para llevar consuelo como lo dice en 2 Corintios 1:3-4
 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

Uno de los objetivos de la relación personal con Dios  es dejar todas las cargas, penas, molestias e
incertidumbre en Dios para recibir 
ánimo y consuelo de Él.

Debemos tener en cuenta que el reino de Dios es opuesto al mundo, el mundo es egoísta y el amor de Dios no busca lo suyo.

Dios te da para dar, es decir, Dios te consuela para que puedas consolar a tu prójimo,  Las buenas nuevas dan esperanza, animo, aliento, fe en medio de las diferentes situaciones que se presentan.

No debemos ser indiferentes cuando nuestro prójimo tiene problemas o se enfrenta a situaciones difíciles, porque todos somos instrumentos de Dios para “consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.” 

Así que ánimo, Dios haciendo en cada uno de nosotros.

Para finalizar vamos a 1 Juan 5:14-15
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho

 

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