SOMOS HIJOS DEL DIOS VIVO

Vamos a:

 Gálatas 4:6-7

Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. 

Este versículo revela nuestra posición como hijos de Dios, liberados de la esclavitud y hechos herederos de su Reino.

La carta a los Gálatas fue escrita por el apóstol Pablo para corregir y guiar a las iglesias en Galicia, quienes estaban siendo influenciadas por falsos maestros que les decían que necesitaban seguir las leyes judías para ser salvos.

Pablo les recuerda que la salvación es por gracia, a través de la fe en Cristo, y no por las obras de la ley.

En este contexto, Gálatas 4:6-7 destaca el cambio radical en nuestra relación con Dios a través de Cristo.

El versículo 6 nos dice que somos hijos de Dios, y como tal, Dios ha enviado el Espíritu a nuestros corazones.

Este Espíritu clama: “¡Abba, Padre!”, La palabra “Abba” es una expresión aramea de afecto íntimo, similar a “papá” en español.

Esto significa que nuestra relación con Dios no es distante ni formal, sino cercana e íntima. Podemos acercarnos a Dios con la confianza y la seguridad de un hijo que se acerca a su padre amoroso. 

hemos sido adoptados en la familia de Dios.

 La adopción en tiempos bíblicos era un acto legal que otorgaba al adoptado todos los derechos y privilegios de un hijo natural.

 Esto significa que no solo somos considerados hijos en un sentido espiritual, sino que realmente somos hijos con todos los derechos y privilegios que ello conlleva.

Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13

“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”

 

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *