El apóstol Pablo dice en:
Filipenses 4:13:
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Este versículo nos da aliento para nuestras vidas diarias.
Nos revela que, en nuestras debilidades, desafíos y logros, es Cristo quien nos da la fuerza para continuar.
La carta a los Filipenses fue escrita por Pablo mientras estaba en prisión.
A pesar de estar en una situación difícil, él expresa un gozo y una gratitud incomparables. En los versículos anteriores a Filipenses 4:13, Pablo habla sobre aprender a estar contento en cualquier situación, ya sea en abundancia o en necesidad.
Su capacidad para enfrentar cualquier circunstancia no proviene de sus propias fuerzas, sino de la fortaleza que recibe de Cristo.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” revela una verdad esencial: nuestra capacidad para enfrentar los desafíos y vivir de acuerdo con la voluntad de Dios no depende de nuestras habilidades humanas, sino de la fuerza que recibimos de Cristo el Señor.
Jesús dijo en Juan 15:5
Separados de mí, nada podéis hacer.
Esto nos recuerda nuestra dependencia total de Él.
En momentos de debilidad, cuando sentimos que nuestras fuerzas se agotan, es Cristo quien nos sostiene y nos da la capacidad de seguir adelante.
La vida está llena de desafíos: problemas financieros, enfermedades, conflictos familiares, y más.
A veces, estos problemas pueden parecer abrumadores. Sin embargo, oramos para tener presenta la palabra de Dios, que es por fe:
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece encontramos consuelo y fortaleza.
Podemos enfrentar cada problema con la certeza de que no estamos solos y que Cristo nos dará la fuerza necesaria para superar cualquier obstáculo.
En un mundo que constantemente nos dice que necesitamos más para ser felices, es fácil caer en la trampa del descontento.
Pero Pablo nos enseña que el verdadero contentamiento no depende de nuestras circunstancias, sino de nuestra relación con Jesucristo el Señor.
Al confiar en Su fuerza, podemos aprender a estar contentos en cualquier situación, sabiendo que Él nos dará todo lo que necesitamos.
Al enfrentar los desafíos de la vida, podemos hacerlo con la certeza de que no estamos solos y que, con Cristo, tenemos la fuerza para superar cualquier obstáculo y no nos dejara avergonzar.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”